Estar aquí y estar allá

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además un vínculo con migrantes en Omaha, Nebraska, y Escondido, California, por su apoyo en la 
construcción de la iglesia en Santa Eulalia y por intercambios a través de visitas de párrocos, obispos o 
grupos estadounidenses vinculados a Huehuetenango. Por ejemplo, en Aguacatán, la radio de la Iglesia 
católica es un medio de intercambio y comunicación con la problemática migratoria, así como para 
mantener vivas las tradiciones culturales y religiosas entre quienes están en el norte y sus familiares en 
el municipio. Según el pensamiento chuj “el migrante está aquí y está afuera”, por lo que está presente 
en toda su espiritualidad y cotidianidad, en los ruegos o peticiones de familiares y en las celebraciones 
religiosas.

Aunque hay migrantes cuyo paradero se desconoce y otros que son deportados, algunos de ellos 
presentan un estado anímico depresivo: “regresan con las manos vacías y les da vergüenza trabajar”, 
por lo que muchas veces se refugian en el alcoholismo. Hay casos de familias cuyos niños se quedaron 
en Estados Unidos y los padres fueron deportados, pero no existe ninguna atención por parte de las 
instancias públicas. Solo la Procuraduría de Derechos Humanos recibe denuncias de desaparecidos, 
pero debido a su centralidad en la cabecera departamental y la escasez de recursos y limitaciones de sus 
dos sedes, una móvil en Nentón y una sub-auxiliatura en Ixtahuacán, el Auxiliar Erick Villatoro Letona, 
mencionó únicamente haber recibido tres denuncias. La problemática de los “migrantes no localizados” 
carece de una acción pública regular, incluso por parte de los familiares ante el temor, porque se ha 
construido la idea de que el “migrante” es “ilegal”, por la intimidación de “coyotes” que forman parte de 
las comunidades o porque simplemente se asume su pérdida como parte de la apuesta de vida o muerte 
que hacen al tomar la decisión de migrar.

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Esta situación la sintetiza el alcalde de San Mateo Ixtatán al 

comentar: “los migrantes desaparecidos se van olvidando con el tiempo”.

El Consejo Nacional de Atención al Migrante de Guatemala (Conamigua) es otra entidad que tiene 
la obligación de coordinar políticas y acciones del Estado en materia migratoria. Tuvo una oficina en 
el municipio de Todos Santos Cuchumatán, pero reubicó su sede en la cabecera departamental. Inició 
recientemente sus acciones con un diagnóstico de la problemática en el departamento y con mínimos 
proyectos de apoyo para la población deportada sobre alfabetización, capacitación para el empleo a 
través del Instituto Técnico de Capacitación y Productividad (Intecap), asesoría jurídica y coordinación 
interinstitucional, explica la responsable de la oficina, Cecilia del Cid Lima. Apoyo poco relevante y 
visible en el departamento en relación con la magnitud del problema. 

En conclusión, los migrantes son parte importante en casi todas las familias que habitan estos territorios, 
pero su identidad, problemática y aportes en lo económico y social quedan invisibilizados en la acción 
pública. Así lo señala también Manuela Camus: “apenas hay un reconocimiento público (ni oficial ni 
comunitario) al papel e impacto de los ausentes”.

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 También queda invisibilizada la relación de lo glocal 

y el entendimiento de la complejidad de cómo se genera lo global en Guatemala en varios temas, entre 
ellos las migraciones, las resistencias y adaptación en lo local.

39 Aunque es necesario mencionar que a través de la Mesa Nacional de Migraciones de Guatemala (MENAMIG) se ha participado en 

tres ocasiones de la Caravana de Madres que busca a hijos e hijas desaparecidos y que se organiza a nivel de Centroamérica y México; 

donde participan comités de familiares de migrantes de El Salvador, Honduras y Nicaragua.

40 Camus, 

La sorpresita, 290.