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«Otra vez a lo mismo»: Migración de retorno y procesos de reintegración en el altiplano occidental de Guatemala

para remontar la pobreza de estas regiones marginales» (p. 342). Por tanto, no es extraño 
que justamente sea en esta región del país en donde la migración internacional se ha 
consolidado como una de las principales estrategias de sobrevivencia para su población.

La región del altiplano occidental guatemalteco tiene una larga historia de migraciones 
en distintas modalidades: migración estacional a las zonas agroexportadoras latifundistas, 
migración para la renta de tierras en otras regiones, migración internacional estacional a 
México y migración internacional hacia los EE. UU. (Avancso, 2001). Diversos estudiosos 
de las migraciones en las comunidades indígenas guatemaltecas coinciden en que la 
migración ha sido un elemento fundamental para la sobrevivencia del pueblo maya en 
distintos momentos de su historia (Lovell y Lutz, 2000; Camus, 2008; Piedrasanta, 2016).

Piedrasanta (2016) señala que las migraciones laborales en esta región se profundizan 
en el siglo XIX cuando las necesidades del modelo agroexportador obligaron a 
las comunidades indígenas a desplazarse hacia las fincas de la costa sur del país. La 
migración laboral se configuró como una estrategia de sobrevivencia y en la actualidad 
la emigración hacia los EE. UU. constituye la estrategia más importante y significativa 
en el altiplano occidental guatemalteco. Otras comunidades, cercanas a México, optan 
por migrar de forma estacional para emplearse como trabajadores agrícolas. A decir de 
Jacobo Dardón (2004):

Las comunidades rurales, pobres e indígenas pasaron a constituirse durante los últimos quince 
años en las principales expulsoras de población, principalmente masculina y joven. Como 
estrategia laboral la migración pasó de dirigirse hacia lugares cercanos y con temporalidad 
periódica anual, a hacerlo hacia lugares más distantes y con ciclos de retorno mayores (p.141).

En las décadas de 1960 y 1970 comenzaron a salir los primeros migrantes o los «pioneros» 
desde el altiplano occidental guatemalteco hacia los EE. UU., eran pocos y viajaban 
principalmente de forma irregular. En la década de 1980 el número se incrementó en el 
contexto del conflicto armado interno. A partir de la década de 1990 la migración hacia 
los EE. UU. se intensificó motivada principalmente por razones económicas. Entre los 
principales estados de destino de los guatemaltecos estaban Florida, California, Illinois 
y Nueva York (Popkin, 2005; Camus, 2008; Caballeros, 2013). Según Dardón (2004):  
«El conflicto armado interno, los cambios en la macroeconomía nacional de desarrollo 
y la posterior crisis del café de los años 90 se reconocen como algunos de los principales 
factores causantes del éxodo actual de guatemaltecos hacia el norte» (p. 141).