Ellos se habían marchado de sus aldeas, exiliados como
yo, aunque los hubiera corrido la economía y no la policía,
y al cabo de muchos años estaban de vuelta en su tierra
de origen, y nunca habían olvidado nada. Ni al irse, ni al
estar, ni al volver: nunca habían olvidado nada. Y ahora
tenían dos memorias y tenías dos patrias.
Eduardo Galeano, El río del Olvido