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Instituto de Investigación y Proyección sobre Dinámicas Globales y Territoriales (IDGT)
y culturas distintas y de orientación rural-campesina minifundista». Silvel Elías, Anne
Larson y Juan Mendoza (2009) señalan sobre el altiplano occidental guatemalteco:
El altiplano sigue siendo reconocido como un espacio geográfico que cuenta con una larga
tradición histórica, política y cultural, que puede ser fácilmente delimitado por características
biofísicas de ecosistemas de altura, por su predominante presencia indígena y por su activa
economía local que combina la autosubsistencia y la articulación al mercado. Es también
fundamentalmente minifundista, con un fuerte arraigo a los regímenes comunales de tenencia
de la tierra, a los sistemas de gobierno local y a la vigencia de la noción de comunidad como eje
de construcción de la identidad étnica y la acción colectiva, que se movilizan en defensa de los
territorios y los bosques (p. 12)
Por otro lado, el altiplano occidental guatemalteco representa la región con mayor
diversidad étnica del país. El XI Censo Nacional de Población y VI de Habitación de 2002
de Guatemala señaló que el 41% de la población se identifica como indígena y la mayoría
habita la región del altiplano occidental guatemalteco. La Encuesta de Condiciones
de Vida (Encovi) de 2014 documentó que el 38.8% de la población guatemalteca se
autoidentifica como indígena.
Respecto a la historia reciente del altiplano occidental guatemalteco es relevante
mencionar que esta región fue fuertemente afectada durante la guerra interna que se
vivió por 36 años en Guatemala. El informe de la CEH (1999) Guatemala: Memoria del
silencio, señaló que entre los años 1981 y 1983, etapa más álgida de esta guerra, el Ejército
identificó al pueblo maya como el «enemigo interno» al considerarlo la base de apoyo
de los grupos guerrilleros del país. Este informe también señaló que entre 1962 y 1996
la mayoría de las víctimas identificadas pertenecen al pueblo maya (83.33%), mientras
que las fuerzas responsables de violaciones a derechos humanos y hechos de violencia
en la mayoría de los casos fue el Ejército (85%). Además, este informe identificó que los
departamentos con mayor porcentaje de violaciones de derechos humanos y hechos de
violencia fueron: Quiché (45.52%), Huehuetenango (15.60%), Alta Verapaz (9.54%) y
Chimaltenango (6.72%). Se calcula que esta guerra provocó el desplazamiento forzado
de entre 500 000 hasta 1.5 millones de personas guatemaltecas (CEH, 1999).