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Instituto de Investigación y Proyección sobre Dinámicas Globales y Territoriales (IDGT)

señaló que el apoyo llegó de una organización no gubernamental: «Me dieron orientación, 
me hicieron sentir que no estaba solo, la compañía como familia. Eso me ayudó bastante». 
El acompañamiento psicosocial en el proceso de retorno y reintegración, así como la 
existencia de organizaciones que puedan brindar orientaciones básicas a las personas que 
retornan es una de las principales demandas de los entrevistados.

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Liderazgo, participación política y servicio a la comunidad

Durante el trabajo de campo realizado se pudo constatar que muchas de las personas que 
tuvieron una experiencia migratoria de varios años en los EE. UU. y han retornado a sus 
comunidades de origen, hoy ejercen distintos cargos de liderazgo en distintos espacios 
comunitarios: iglesias, municipalidades, consejos comunitarios, grupos de mujeres, 
asociaciones de vecinos, entre otros. Además, es común que las personas retornadas 
se involucren y participen activamente en las actividades que se organizan desde 
instituciones gubernamentales y no gubernamentales en beneficio de la comunidad. 
Sobre esta situación Ricardo Falla (2008), a partir del estudio de la migración de retorno 
en Zacualpa, Quiché, señalaba:

Esta juventud retornada ha venido destituida de una experiencia política del norte, pero no se 
puede descartar que tenga luego un liderazgo político que de alguna manera reciba fuerza de allá 
(por ejemplo, del movimiento de migrantes) y la encauce aquí (…) Se trata de juventud abierta 
al aprendizaje, como esponja, y una juventud que ha vivido de cerca el sistema de explotación 
global y conoce sus debilidades. Es una juventud que al entrar en la arena política sabrá centrarse 
mejor en esta época de la globalización y en las inmensas posibilidades de las identidades que la 
globalización misma suscita y se le vuelven en contra (p. 118).

Pareciera ser que la experiencia migratoria en el norte les ha dotado de una mayor 
confianza en sí mismos, así como habilidades, experiencias y conocimientos que pueden 
poner al servicio de la comunidad. Además, son personas que gozan de reconocimiento 
por parte de la propia comunidad. Úrsula Roldán (2014), en un estudio con población 
retornada en el norte de Huehuetenango, identificó a varios líderes comunitarios que 
eran personas retornadas y que habían sido propuestos por los consejos de ancianos 
para ocupar los cargos públicos, en estos casos la experiencia migratoria había sido uno 
de los elementos fuertemente valorados.