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Instituto de Investigación y Proyección sobre Dinámicas Globales y Territoriales (IDGT)

Manuel reconoce que es necesario recurrir a dos trabajos para poder ahorrar, 
afortunadamente su patrono, de origen chino, le dio otro trabajo:

Estuve con un señor trabajando, estuve encargado como de diez casas que él tenía. Los dos 
trabajos, era cocinero después de las 10 de la mañana, a las 7 yo agarraba el carro, trabajé como 
mantenimiento a las casas. Fallaba un switch, fallaba una llave del chorro, la puerta no se cerraba 
por defectos, yo tenía que reparar. A las 10 yo ya iba al restaurante, era el mismo patrón. Las 
horas que yo trabajaba en la mañana era a 8 dólares y las horas del restaurante eran a 6 dólares.

Cuando Manuel migró ya estaba casado y era padre de dos hijos. A pesar de la distancia 
mantuvo la comunicación con su esposa y no perdió de vista su meta que era ahorrar 
para poder comprar un terreno y construir una casa en su municipio.

Siempre la comunicación, nunca nos distanciamos, había comunicación, lo que yo ganaba 
mandaba, lo ahorrábamos en el banco. Cada mes se veía el avance que estábamos haciendo. 
Ella no se desesperó porque había trabajo. Ya cuando vine yo construí mi casa, al regresar 
empecé yo a trabajar. Mientras estaba allá era solo ahorrar, ahorraba en el banco. Me pagaban 
a 6 dólares la hora y me pagaban en efectivo, no me pagaban en cheque. Yo estaba mandando 
y ella lo ahorraba.

Tras ocho años de haber estado en los EE. UU. y haber ahorrado en Guatemala, 
Manuel tomó la decisión de retornar a Guatemala. Sobre las razones que lo motivaron 
a retornar señala:

Regresé por la familia y eso es una responsabilidad que no se puede abandonar. Mi caso es así, 
pero hay personas que se van y no regresan o hasta que los agarran regresan. No, yo me vine 
voluntario y así fue (…) Pues era el límite de decir «ya no más», tuve que venirme porque ya los 
niños ya estaban grandes, ya no obedecían a la mamá, entonces yo tenía que estar presente acá 
para corregirlos. Cuando regresé la niña tenía 9 y el niño tenía 12.

En el 2011 Manuel tomó la decisión de comprar su boleto aéreo y retornar a Guatemala. 
Avisó a su familia sobre su llegada y su familia viajó desde Quiché para recogerlo en el 
Aeropuerto Internacional La Aurora en la ciudad de Guatemala. Alquilaron un microbús 
y fueron todos los familiares cercanos a recogerlo. Una hermana de Manuel, que estuvo 
presente en la entrevista, narra sobre la experiencia de haber recibido a su hermano: