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«Otra vez a lo mismo»: Migración de retorno y procesos de reintegración en el altiplano occidental de Guatemala

nuevamente con su familia en Guatemala a la que no veía desde hacía 24 años. Su esposa 
y sus hijos se quedaron en los EE. UU.

«Al estar en Estados Unidos, es muy bonito, pero nunca eres libre».

Javier migró a los EE. UU. de forma irregular y con la ayuda de un coyote en 1992, 
cuando tenía tan solo 16 años. Su comunidad de origen, el municipio de San Lorenzo en 
el departamento de San Marcos, era una de las comunidades fuertemente afectadas por 
el conflicto armado interno que se vivía en el país en ese momento.

Había asilo político por causa de la guerra que existía aquí en este tiempo y ya cuando firmaron 
la paz, en el 1995, ya la migración nos mandó a cortes que teníamos que aprobar, para ver si 
podíamos ganar un asilo político. Y yo lo peleé y no lo gané, lo perdí el asilo político en 2002.

En el año 1996 se firmaron los Acuerdos de Paz en Guatemala, esta situación hizo 
que Javier no tuviera suficientes motivos para defender su caso de asilo político en los 
Estados Unidos, y en el año 2002 finalmente se vio obligado a firmar su salida voluntaria:

Tuve una salida voluntaria (…) Me dieron una hoja de deportación que tenía que salir en 30 días, 
abandonar el país. Y no salí, apenas tenía un hijo, tenía un año mi hijo, recién juntado con mi 
esposa y dije «no, mejor me quedo» y no salí, y ese es uno de mis problemas o de mi mal récord 
que está en Estados Unidos, por no abandonar el país.

En el 2002 Javier ya tenía 6 años de estar en los EE. UU., ya había pasado por el estado 
de Florida: «me dedicaba a cortar tomate en el campo, pepino, naranja, chile dulce». 
También vivió en el estado de Georgia, en Michigan y finalmente a Minnesota. Javier se 
casó en Estados Unidos con una guatemalteca y para ese entonces ya tenía un hijo, esa 
fue la principal razón por la que Javier decidió no retornar a Guatemala a pesar de haber 
firmado la salida voluntaria.

Javier continúo viviendo en Minnesota y tuvo en total cuatro hijos, los cuatro son 
ciudadanos americanos. En 2013 una falta de tránsito puso en riesgo su estadía en los 
EE. UU., Javier narra de la siguiente manera este capítulo en su vida:

Pasó 11 años, hasta el 2013 me detuvo un policía, porque tenía la licencia de Estados Unidos. 
Me pregunta, es como racismo, «¿De dónde eres?», pues vivo aquí. Me pregunta, «¿De dónde