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«Otra vez a lo mismo»: Migración de retorno y procesos de reintegración en el altiplano occidental de Guatemala

embargo, la familia mantiene la comunicación y Rosa recibe la remesa que llega desde 
los EE. UU. Rosa comenta que ha sabido que la mayoría de las personas que fueron 
deportados en esta redada optaron por regresar nuevamente a los EE. UU. de forma 
irregular. También ha sabido que algunas de las mujeres que se quedaron en los EE. UU. 
tras la redada lograron pelear su caso y lo ganaron, es el caso de algunas de sus primas 
que están en los EE. UU. y lograron regularizar su situación.

La redada de 

Agriprocessors, Inc. en Postville, Iowa (2008)

El 12 de mayo de 2008, alrededor de 900 agentes del Servicio de Inmigración y Control 
de Aduanas ingresaron a la sede de Agriprocessors, Inc., una de las mayores fábricas 
procesadora de carne kosher en los EE. UU. y arrestaron a 390 trabajadores, de los cuales 
314 eran hombres. Esta empresa estaba ubicada en Postville, Iowa, una localidad que 
para ese entonces tenía 2283 habitantes. Cerca de la mitad de la población de este lugar 
trabajaba en esta empresa, y un tercio de la población fue capturada en esta redada. Las 
personas capturadas fueron trasladadas al Congreso Ganadero Nacional, en donde se 
les informó sobre sus opciones y se programaron las audiencias. Las personas detenidas 
fueron sometidas a procesos legales acelerados (fast track), que algunos han señalado de 
«cuestionable validez» (Camayd-Freixas, 2009).

Erik Camayd-Freixas (2009), uno de los intérpretes durante las audiencias de la corte tras 
esta redada, narra:

Arreados en fila india de diez en diez, con grilletes en sus muñecas, cintura y tobillos, arrastrando 
cadenas y pies, hicieron el recorrido de entrada, cabizbajos, los obreros del matadero traídos 
a comparecer se sentaron a escuchar por audífonos las acusaciones en voz de los intérpretes; 
y salieron nuevamente a ser repartidos en autobús por diferentes prisiones estatales, para así 
hacer lugar a la siguiente fila de diez. Los prisioneros presentaban una estatura uniforme de no 
más de cinco pies, mayormente campesinos guatemaltecos analfabetos con apellidos mayas, 
parientes algunos (varios Tajtaj, Xicay, Sajché, Sologuí…), unos llorando, otros con rostro 
de consternación, temor y vergüenza. Todos hablaban español, aunque algunos con cierta 
dificultad (p. 19-20).

En efecto, 290 de los 390 capturados en esta redada eran de nacionalidad guatemalteca, 
la mayoría de ellos originarios de los departamentos de Chimaltenango y Sacatepéquez. 
De los 290 guatemaltecos, 236 (226 hombres y 10 mujeres) fueron sentenciados a