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«Otra vez a lo mismo»: Migración de retorno y procesos de reintegración en el altiplano occidental de Guatemala

Algunas personas, como Bernabé, que han tenido la experiencia de ser deportados desde 
México y desde los EE. UU. señalan que el proceso de detención y deportación es más 
duro desde México, donde expresan haber sido maltratados y haber pasado mayores 
dificultades en el hospedaje y la alimentación. Además, señalan que a las personas que 
son deportadas vía terrestre desde México no se les brinda algún apoyo durante el 
proceso de recepción a su llegada a la frontera entre Guatemala y México.

 -Tras la deportación, una nueva migración

Por lo general las personas que fueron deportadas en la frontera de los EE. UU. o 
durante su tránsito en el territorio mexicano, tras la deportación vuelven a intentar una 
nueva migración. En muchos casos la reemigración se debe a que en el precio pagado 
a los coyotes ya se incluían dos o tres oportunidades. El relato de Bernabé evidencia un 
total de seis intentos por migrar, la mayoría de ellos con coyote, sin embargo, también 
intentó viajar una vez solo. Hay algunas personas que expresan que luego de haber 
intentado migrar varias veces con coyote se animan a hacer un nuevo viaje solos, pero 
están plenamente conscientes que es un viaje en el cual enfrentan una situación de mayor 
vulnerabilidad. Al migrar solos es cuando la mayoría de las personas migrantes hacen 
uso de los albergues o casas de migrantes que encuentran en la ruta migratoria.

El caso de José es distinto al de Bernabé, tras el primer fracaso y deportación, optó 
por no intentar migrar nuevamente. Algunas personas como José quedan sumamente 
afectadas por la experiencia traumática que significó el viaje, el proceso de detención y 
deportación; y deciden nunca más volver a intentarlo.

 -El principal problema: la deuda

El principal problema de la persona que es deportada desde la frontera, es que a su 
regreso lo espera una deuda por pagar. Para pagar el viaje la mayoría de las personas 
migrantes recurren a un préstamo, el cual puede hacerse con: a) algún familiar que ya está 
en los EE. UU., b) algún prestamista de la comunidad (generalmente cobran el 10 por 
ciento de interés mensual); o c) alguna cooperativa de la localidad. Abundan también los 
relatos de la entrega de las escrituras de los terrenos o viviendas como garantía del pago 
que se hará a los coyotes.

En un artículo publicado en 2011, David Stoll llamaba la atención sobre el papel que 
juegan las deudas en las poblaciones del altiplano occidental guatemalteco: «Las deudas