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Instituto de Investigación y Proyección sobre Dinámicas Globales y Territoriales (IDGT)
acostumbraba». Además, Carlos tenía el deseo de continuar sus estudios en los EE. UU.,
incluso el patrono de su papá le había ofrecido apoyarlo para ingresar a la universidad,
sin embargo, no pudo realizar este sueño.
Al retornar ayudó a su papá en las labores agrícolas de la casa, sin embargo, también
buscó la forma de salir de la aldea para buscar un trabajo fuera de Joyabaj:
Apliqué para ir a la ciudad de Guatemala, pero después unas personas que conozco en Joyabaj
me dijeron que allí es más peligroso, entonces no me animé a ir. Como dos meses después
apliqué aquí a Xela y me dijeron que estaba bien.
De esta manera Carlos ingresó a trabajar en un call center en la ciudad de Quetzaltenango,
debido a su facilidad para hablar el idioma inglés y porque los requisitos para ingresar al
trabajo fueron mínimos: entrevista en idioma inglés, documentos personales y certificado
del bachillerato. Actualmente, Carlos lleva un año y medio trabajando en el call center:
«Cuando empecé casi no me gustaba mucho, por la presión y como trabajábamos más
horas, pero ahora como son menos horas y subieron un poco el sueldo, creo que me va
mejor». Además de su trabajo, en el tiempo libre da clases de inglés voluntariamente en
la iglesia a la que asiste y viaja una vez al mes a visitar a su familia. Con los ingresos que
recibe ayuda al sostenimiento de los gastos de su familia y está ahorrando para poder
continuar con sus estudios en un futuro.
Carlos tiene 26 años y su sueño es poder retornar a los EE. UU. Su familia ha contratado
a un abogado para llevar su caso, sin embargo, saben que deben esperar un tiempo
antes de poder intentar retornar: «Estoy planeado retomar mis estudios y terminarlos. Si
regreso, voy a seguir estudiando allá. Me gusta mucho la contabilidad, eso es lo que me
gusta, a ver qué pasa. Porque ya dejé pasar muchos años, ya llevo 6 años acá».
Al preguntarle si ha pensado en regresar de forma irregular, responde:
Pensé eso, cuando llevaba como dos años aquí en Guatemala, pensé en eso porque la situación
era difícil, todavía no me acostumbraba mucho acá. Yo decidí ir, pero después el abogado me
dijo: «Si te vas y si te agarran allá en la frontera pierdes todo, entonces si te quieres arriesgar, es
tu decisión». Por eso ahora estoy esperando a ver qué pasa.