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«Otra vez a lo mismo»: Migración de retorno y procesos de reintegración en el altiplano occidental de Guatemala

Carlos creció en los Estados Unidos y logró graduarse del high school. El primer trabajo 
de su padre fue en una fábrica de partes para carros, luego trabajó como jardinero en 
una casa particular. Su madre no trabajaba porque se encargaba de cuidar a sus hijos. 
Al tener a toda la familia en los EE. UU., el padre de Carlos inició los trámites para 
aplicar a la residencia permanente legal. Carlos recuerda que iban constantemente a la 
corte y recibían prorrogas que les permitían quedarse, incluso sus hermanos mayores 
obtuvieron permisos para trabajar. Sin embargo, esta situación cambió en el año 2011:

En el 2011 dijeron que tendríamos que regresar a Guatemala porque entramos ilegalmente a 
Estados Unidos. La verdad yo no quería venir porque no estaba seguro si íbamos a poder regresar. 
Pero recuerdo que el patrono de mi papá consiguió otro abogado para conseguir una segunda 
opinión. El segundo abogado dijo que era mejor que nosotros regresáramos acá a Guatemala, 
para que aquí podamos obtener los papeles y poder regresar; y es lo mismo que nos dijo el 
primer abogado. Migración dijo que si íbamos a venir voluntariamente teníamos posibilidades 
de regresar, pero si nos quedábamos allá a escondidas, si nos agarraban: deportación de una vez.

En agosto de 2011 esta familia ya se encontraba de vuelta en Guatemala. Ellos tuvieron 
que comprar sus boletos de avión e ingresaron por el Aeropuerto Internacional La 
Aurora en la Ciudad de Guatemala, en donde un tío los esperaba. Sobre la experiencia 
de retornar a los 19 años, tras 10 años de haber vivido en los EE. UU., Carlos expresa:

Fue una decisión difícil, más para mí, porque como no conozco casi nada aquí en Guatemala, la 
verdad yo no quería venirme. Bueno, como yo siempre digo, yo sé que soy guatemalteco 100% 
y la verdad como me fui de 8 años fue un cambio bien difícil. Yo no quería venirme, pero me 
convencieron de venir. Por eso nosotros regresamos.

La situación fue difícil también para sus dos hermanas que ya se habían casado en los EE. UU. 
con otros migrantes guatemaltecos, ellas tuvieron que dejaron a sus esposos allá y retornar con 
sus padres y hermanos. Una de las hermanas tiene dos hijas nacidas en los EE. UU. y optó por 
traerlas con ella a Guatemala. Ellas aún tienen comunicación con sus esposos y ellos les envían 
remesas para apoyarlas.

La familia retornó a la aldea de donde eran originarios en el municipio de Joyabaj, allí 
encontraron familiares que los acogieron. Al volver, Carlos inició los trámites para 
obtener su DPI y también tomó un examen del bachillerato en Guatemala. A pesar 
de ello, su deseo de retornar estaba latente: «Quería regresar rápido porque no me