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Instituto de Investigación y Proyección sobre Dinámicas Globales y Territoriales (IDGT)

Se vistieron de «guajeros» (forma coloquial en que llaman a quienes trabajan en el 
lugar recolectando basura), con el fin de que les dejaran entrar a las áreas restringidas 
y contactaron a una joven que trabaja en ese sitio, para que les permitieran ingresar. 
Tuvieron un primer intento en el que llegaron por su cuenta y les prohibieron el paso.

El ser parte de ese grupo de personas ignoradas por la sociedad permitió al colectivo 
teatral comprender la realidad del sitio, las subjetividades, los profundos problemas pero 
también sus sueños. Una forma de conocimiento no solo a nivel intelectual, sino con todo 
el cuerpo, que fue puesto en el lugar para aprehender el entorno y las emocionalidades.

Al fundirse entre la gente que trabajaba en el relleno sanitario, pudieron conocer las 
problemáticas, pero también las esperanzas, poner rostro a esa realidad ignorada por la 
mayoría de citadinos. 

De esta experiencia surgieron movimientos como el ademán de espantar continuamente 
las moscas, como la forma de caminar en escena ante la imagen de un suelo muy frágil. 
Según la directora del colectivo, Patricia Orantes, esto jamás se hubiera logrado si no 
hubieran ido varias veces al basurero. Asegura que «sin lugar a dudas la experiencia, lo que 
ellos hicieron allí, hizo que nunca hubiera una acción falsa de su parte. Tienen las acciones 
porque para mí esto tiene que ver con la memoria del cuerpo, así como cuando andan en el 
espacio, no es solo que estén esquivando los costales, tiene que ver con lo que vivieron en 
el basurero. Yo no tuve que decir nada allí porque ellos tienen esa memoria en su cuerpo».

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La memoria de la experiencia vivida quedó grabada en el cuerpo y al correr las escenas, 
surgieron movimientos muy orgánicos y propios del territorio visitado. De forma muy 
natural se creó el lenguaje corporal como un texto en sí mismo. 

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  Grupo focal realizado el 8 de junio de 2017.