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Instituto de Investigación y Proyección sobre Dinámicas Globales y Territoriales (IDGT)
El rompimiento de los imaginarios sociales respecto al significado del arte y las estéticas
en el país, también es un reto importante al que se enfrentan quienes abren camino
en generar propuestas que buscan romper esquemas, cuestionar aspectos sociales y
trasgredir los parámetros del entretenimiento o las estéticas tradicionales. Este es el caso
de quienes se dedican a la danza contemporánea.
El grupo Momentum ha plasmado esta realidad en la obra
El Planeta de la Danza
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, en la
cual presentan al público una serie de preguntas sobre las que han sido cuestionados por
personas guatemaltecas a lo largo de su carrera como bailarines. Dentro de las preguntas
más relevantes respecto al tema en cuestión, están: ¿Esto de verdad es un trabajo? ¿Cómo
te ves en la vejez? ¿Tienes otra alternativa de trabajo?
De forma lúdica y un tanto irónica, expresan un cuestionamiento hacia la sociedad
sobre los significados e imaginarios que se tienen en la sociedad respecto a quienes se
dedican a las artes y no tienen «un trabajo formal». De hecho, el arte generalmente en
la sociedad guatemalteca no es considerado un trabajo, sino un
hobby. Por otra parte, la
danza contemporánea en el país enfrenta grandes retos ante la poca apertura existente
a las estéticas no tradicionales. Las personas están más acostumbradas a ver ballet y
no propuestas que rompen con esquemas prestablecidos y están basadas en mostrar
el resultado de profundos procesos de investigación, que tienen como vía de salida el
movimiento, el juego de corporeidades, de espacios, de búsquedas para generar productos
en una obra artística que va más allá de lo evidente.
En algunos casos, como el de Sandra Monterroso, artista visual, se combina el trabajo
artístico con la investigación académica. Ella está por concluir un programa de doctorado
en la Academia de las Artes en Viena, en el Departamento de Estudios Culturales.
Paralelamente, es una artista reconocida nacional e internacionalmente, pero también
combina su trabajo con consultorías para organizaciones.
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Esta obra es presentada por el grupo Momentum, principalmente a estudiantes de la Universidad
Rafael Landívar, con el fin de acercar al público a comprender no con la parte racional, sino con todo
el ser, el significado de la danza y las posibilidades de quien observa de enriquecerse interiormente
al presenciar la danza, ya que se despierta «su bailarín interno», es decir que el bailarín o bailarina es
un eco de su propio movimiento interno, el cual cobra vida en el momento en que vive la obra. Esta
puesta en escena ha sido presentada a más de mil estudiantes durante el 2018.