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Los caminos de la creación artística, procesos de vida
Esto resume toda una vida de dinámicas familiares y de trabajo colectivo, que si bien fue
en torno al teatro, presentó el desafío de combinar actividades de producción, gestión,
creación y labor de montaje de las obras. Una combinación de tareas para lograr un
equilibrio entre la pasión por el arte y la subsistencia.
Natalie Behard, artista visual, también se ha desarrollado en el campo de la fotografía
publicitaria junto a su esposo. Behard cumple las funciones de producción, mientras su
pareja hace el trabajo fotográfico. Relata que casi todos sus compañeros en el taller de
artes visuales tienen otros trabajos para satisfacer sus necesidades económicas.
En su caso, al pertenecer a un grupo social más alto, fue un choque muy fuerte el
enfrentarse a los prejuicios existentes en este estrato por su apellido. Luego de residir
varios años en el extranjero, decidió regresar a Guatemala junto a su pareja. Cuando
retornó al país, encontró un rechazo de la gente cercana por su apellido, que estaba
asociado al pasado de su padre, cuya vida era desaprobada por este sector. Era juzgada
como «la hija de…», dado que no hay muchas personas con tal apellido. Esto hizo que
enfrentaran desafíos importantes para posicionar su estudio y acreditarlo. A pesar de
ello, ha crecido progresivamente y ahora ya cuenta con clientes más estables.
Por su parte, Yelena Chávez, también artista visual, sostiene, refiriéndose al trabajo en
escultura: «Esta es una profesión en la que hay que trabajar mucho, mucho, mucho,
pero en el futuro se ven los resultados. No es que los artistas jóvenes ganen muchísimo
ni nada, pero… Entonces yo trabajo dando clases de escultura a señoras con mucho
dinero, que quieran hacer piececitas como para decorar su baño, su sala, que vayan con
sus sillones… Doy clases en tres academias diferentes, dos privadas y aquí en [el Edificio
de] Correos. Eso me permite hacer lo que yo quiero, tengo un taller donde puedo hacer
lo que quiero. Tengo tres años de haber montado mi taller».
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Estas expresiones de Yelena contienen un gran significado, tanto por la descripción de
sus estrategias para ganar el sustento diario, como la ironía ante el consumo del arte, que
en determinado momento es visto como un simple objeto decorativo en ciertos sectores
sociales, como describe la artista en su experiencia de dar clases para señoras que buscan
crear objetos para embellecer los ambientes de su hogar.
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Entrevista realizada el 7 de marzo de 2017.