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Los caminos de la creación artística, procesos de vida

de la vida. Eso me formó mucho como persona definitivamente. (…) Mi mamá, mi hermana y yo 
siempre estuvimos unidas entre todo el caos. En la casa, mi mamá siempre se esforzó por darnos 
una bonita vida, una bonita infancia. Viajar, para poder salir un poco de todo esto. Mi mamá es 
una luchadora, solita con dos niñas, pagando el colegio, pagando todo, nos sacó adelante. Hubo 
momentos súper difíciles, otros momentos que fueron mejores y eso también me forjó. El hecho 
de luchar por poder exprimirme y hacer lo que yo quiera.

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Natalie, a partir de estas vivencias, enfocó durante mucho tiempo su trabajo artístico en 
el tema de la búsqueda de identidad. Además de enfrentar a nivel interno y familiar las 
problemáticas descritas, también cuestiona cómo a nivel externo su contexto social la 
juzgaba. En los estratos sociales altos, el apellido cuenta de manera crucial sobre el tema 
de la identidad y cómo las personas del sector catalogan a quienes los portan. Por ser 
pocos en la familia, el apellido Behard fue un peso sobre Natalie, puesto que era juzgada 
por las acciones de su padre. Eso le costó el rechazo de algunas personas, pero también 
un impulso interno de encontrarse a sí misma y defender su propia identidad.

Yelena Sánchez comparte también la vivencia de la marca de vida por la madre. En su 
caso, relata que su padre trabaja en un lugar remoto del departamento de Huehuetenango, 
donde no hay oportunidades. Ella describe que dada la situación, la madre se quedó con 
ella y sus hermanos en la ciudad de Guatemala para que pudieran estudiar. La relación 
con su padre se dio a través de visitas esporádicas, por lo que el rol de su madre fue un 
eje toral para su crecimiento y desarrollo como persona. La artista expresa que en ella ha 
quedado una profunda impronta de su madre. Lo dice de la siguiente manera: «Ella tiene 
un carácter muy fuerte y me enseñó que tengo que ser autosuficiente, trabajar, estudiar, 
porque no puedo depender de ningún hombre (…) ¡tenés que valerte por ti misma!».

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Aquí puede notarse una fuerte insistencia de la madre a que su hija trasgreda los roles 
tradicionales de género asignados a la mujer y fomentar en ella la independencia y la 
autonomía. Yelena admira también el ejemplo de su madre en su lucha por profesionalizarse. 
Es trabajadora social y ya jubilada terminó su maestría. Esto ha dejado una profunda huella 
en su hija. Para su madre, fue un choque que Yelena se decidiera por el arte, puesto que 
en su afán porque su hija tenga herramientas para ganarse la vida, no considera que ser 
escultora sea algo que le dé la seguridad financiera que ella desearía. La artista dice que 

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  Entrevista realizada el 12 de mayo de 2017.

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  Entrevista realizada el 7 de marzo de 2017.