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Los caminos de la creación artística, procesos de vida
cabida y posibilidades de diálogo. En este espacio, convergen formas de sentir y pensar
más amplias, dispuestas a cuestionarse lo establecido.
Por su parte, Jeffrey Ortega, bailarín del grupo Momentum, relata cómo paradójicamente
el participar en una iglesia, por un lado fomentó en él el gusto por la danza, pero al querer
asumirla profesionalmente, implicó fuertes choques, además de gran confusión por su
orientación sexual. Jeffrey es nieto de los fundadores de la iglesia evangélica «Fuente de
Vida». Él relata: «Me marcó la iglesia, fue como esta inquietud por moverme, por bailar.
Allí había grupos que hacían coreografías y allí empezaba a moverme. Allí estaban los
exaltadores de la iglesia y yo miraba sus ensayos y a escondidas hacía las coreografías.
Pero hubo un día que me gustó tanto, tanto, que cuando ellos la presentaron, ¡yo me puse
a hacerla en el corredor! Tenía como siete años. Creo que eso me generó la inquietud por
la danza y también por la música, por cantar».
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En contraste, otra huella que dejó en él la iglesia fue un gran conflicto cuando
descubre su orientación sexual, ya que dentro de sus enseñanzas, se enfatizaba que
la homosexualidad es un pecado. Lo describe así: «Creo que mi mayor conflicto con
la iglesia en su momento y ahora es mi orientación sexual. Es lo más duro, porque
siento que me tacha totalmente. Estoy al lado de los asesinos, mentirosos, ¡todo ese
mal! Estoy al lado de eso, eso que desagrada. Peleo mucho con eso y ¡me conflictúa
un montón! Se habla mucho de eso, entonces yo no podía estar allí haciendo música
porque cómo, ¡si yo soy esto! ¿Cómo yo puedo estar proyectando mensajes de Dios?
No tiene sentido para mí, es bien loco».
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Este sentimiento de profunda exclusión por los parámetros religiosos en la iglesia
y su familia, creó grandes conflictos internos en la vida del artista. Por una parte, la
iglesia fue el espacio donde nacieron sus inquietudes artísticas y por otro, un terreno
hostil donde se le rechazó como persona. Nuevamente, la experiencia de encontrar
otro espacio, el colectivo de danza del que forma parte, ha sido una posibilidad de
expresarse libremente y no ser juzgado.
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Grupo focal, 27 de junio de 2017.
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Ibid.