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Los caminos de la creación artística, procesos de vida

sobrevivencia. Desde este punto de partida, el sentimiento se comprende como una emoción 
que es provocada por una representación de lo que queda historiado en la memoria.

«La historización es un proceso que cura y que es necesario para  la construcción de 
toda identidad individual o colectiva. Haciendo el relato de mi historia íntima, sé quién 
soy, cómo reacciono, lo que amo y aquello de lo que soy capaz. Sabemos quiénes somos, 
lo que caracteriza nuestro grupo o nuestra nación, haciendo el relato de los hombres 
que admiramos, contando nuestras maravillosas victorias y nuestras dolorosas revanchas 
(…) Toda historia es una negociación social (…) permite un trabajo de reconstrucción 
intencional (…) la historización se vuelve un hacha de guerra, ya que todo pueblo puede 
siempre desenterrar un recuerdo».

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Cyrulnik sostiene que es igualmente dañino el olvido como el abuso de memoria. 
Mientras el primero permite que reaparezcan las condiciones para repetir lo no deseado, 
la segunda podría preparar a una repetición intencional. Enfatiza que el único medio 
para salir adelante es a través de la comprensión de lo acontecido. Algunas veces el 
relato de la vida de una persona, es usado por el contexto social para defender posturas 
ideológicas que quien vivió esos hechos, no reconoce. 

«Cuando el acto de memoria petrifica el porvenir, cuando el dominio del pasado revela 
un proyecto totalitario, el testimonio se vuelve imposible (…) El abuso de memoria 
petrifica el porvenir y obliga a repetir, mucho más que el olvido. No utilizar la historia 
sino trabajar por comprenderla, permite relacionar la memoria que da sentido con la 
desobediencia al pasado, que invita a la innovación».

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1.4.3 El oxímoron, luces y sombras

El proceso de resiliencia se da en dos vías: una parte exterior, relacionada con el entorno 
y una parte interior, el «oxímoron», que es la consecuencia de la división interna de la 
persona luego de haber sufrido un trauma, una cohabitación del «cielo y el infierno». 
Sobre ello, el autor indica: «el oxímoron revela el contraste de aquel que, al recibir un 
gran golpe, se adapta dividiéndose. La parte de la persona que ha recibido el golpe 
sufre y produce necrosis, mientras que otra parte mejor protegida, aún sana pero más 

34

  

Ibid. 126-127.

35

  

Ibid., 129.