15
Los caminos de la creación artística, procesos de vida
Es necesario que el relato sea escuchado por alguien. Esto contribuye a una formación
de identidad. Pero la identidad que se muestra (la pública) es aquella que el entorno
recibe y que coexiste con una identidad privada, secreta, quizá oscura que no se muestra
públicamente. El compartir el relato cumple una función de cohesión. Por una parte, se
establece una relación de empatía y aceptación cuando vemos que el otro está dispuesto
a escuchar nuestro relato. Aun cuando no ha compartido los mismos acontecimientos,
se establece un lazo de confianza y con ello se crea una historia común.
Al relatar los hechos, se reviven de una nueva forma; se vuelven a experimentar
emociones, pero con una intensidad distinta a cuando los mismos se vivieron. Es una
evocación que se dirige a alguien, para compartirse. El relato es un punto de alianza entre
el «yo», «nosotros» y el arte, una vía que propicia el acercamiento, sacar a luz temas que
a partir de otras vías, la sociedad no podría soportar ni recibir.
El vivir en una cultura que niega, juzga y no mira a las víctimas, hace que se conviertan
en víctimas por segunda vez. Son personas rechazadas por una cultura que les impide
superar el trauma, luego de haberlas salvado.
Toda cultura se ve tentada a negar la historia. Según Cyrulnik: «Cuando la realidad
es incómoda, contribuimos a la denegación social. (…) al revés de una denegación
emocional, el dominio de la memoria es un signo totalitario (…) para que la teoría sea
coherente hay que amordazar las informaciones que obligan a cambiar la teoría. El orden
reina en la representación. Lo real está en otra parte».
32
Esta podría ser una explicación del intento de negación existente en la sociedad
guatemalteca ante lo ocurrido en su historia reciente. A pesar de que por ejemplo, en los
Acuerdos de Paz quedó asentado el compromiso de que el sistema educativo abordaría
los hechos de los treinta y seis años de guerra interna, esto ha sido olvidado. Pareciera
existir ese mecanismo de defensa de negar la historia porque aún no se ha sanado y el
sistema cultural no es capaz de encarar lo acaecido, comprenderlo y sanarlo desde sus
causas fundamentales.
32
Ibid., 132.