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Los caminos de la creación artística, procesos de vida
Falcón
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establece que la ubicación del pensamiento en el ámbito de lo artístico permite
ver la realidad desde una forma «plástica, moldeable», mediante la cual metafóricamente
se puede alterar, desfigurar, deformar lo percibido. Esto abre la posibilidad de ir más allá
del «pensamiento petrificado», de aquello que impide el desarrollo personal y colectivo,
desde recursos como la memoria, la imaginación, lo onírico, lo inconsciente y claro,
a partir de la experiencia artística. Propone entender todo esto como una «acción
imaginante», es decir, un pensamiento en movimiento, que se enraíza en un actuar y no
solamente se queda en el ámbito de las ideas. Esto lleva a formar parte de una dimensión
existencial orgánica que interrelaciona aspectos aparentemente contrarios como lo
presente y ausente, lo real e irreal, lo cuestionable y lo incuestionable.
«…la razón sensible es una apertura, una fisura viva que nos seduce, que nos pone en
contacto con un conocimiento versátil que no clasifica ni separa para comprender, sino
que celebra la filiación entre realidad e imaginario (…) la formación sensible es una
experiencia pluridimensional vinculatoria, que deformando, agrietando, modelando lo
dogmático, circula por todas las capilaridades de lo infranqueable. (…) conocer a través
del tacto, de lo olfativo, de lo sensible, del viaje interdisciplinar e imaginal, revela la
potencia de un saber orgánico que entendemos holístico».
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Un elemento muy importante dentro del pensamiento artístico es la intuición, desde la
cual puede accederse a otro tipo de saber, que también toma en cuenta lo subjetivo y lo
afectivo. Por otra parte, el involucramiento en trabajos artísticos permite generar nuevas
formas de resistencia ante lo rígido y ante un destino aparentemente inamovible, dado
que una de sus funciones primordiales es dar nueva forma a lo establecido y causar
grietas en lo dogmático, a través de un saber natural y orgánico que se despliega y se
repliega de forma constante, y que empuja a las personas a salir de su centro para entrar
en profunda relación con el contexto y los otros diversos.
Según el autor, el pensamiento artístico trasciende el analítico, desde el cual se categoriza, se
divide y se toma distancia para poder comprender un fenómeno. Este tipo de desarrollo de
conocimiento se basa en un «saber errático» que se nutre en los trayectos vitales, mediante
una visión holística: «la formación artística que allí se anida, secreta un conocimiento activo
y sensible que navega reuniendo lo distante, lo separado, lo que ha sido fragmentado por la
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Roberto Falcón. «Pensamiento Artístico»,
Revista Fermentario, n.° 9 (2015): 1-12.
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Falcón, «Pensamiento Artístico», 3.