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Los caminos de la creación artística, procesos de vida

Las y los artistas abordados coindicen en que tanto las puestas en escena como el 
exponer una obra visual también contribuye en alguna medida a sanar las problemáticas 
sociales, al invitar al púbico a pensar y a sentir la realidad desde diversas perspectivas. Tal 
y como plantea Boris Cyrulnik en el apartado del sustento teórico, la obra de arte crea 
identidades narrativas, relatos y con ello, es más fácil para las culturas y las sociedades 
asimilar los traumas sociales, las crisis y poder generar transformaciones. Este es un 
papel muy importante del arte, que también contribuye a la generación de memoria, 
historia y nuevos paradigmas identitarios y culturales.

La práctica de colectivizar la autoría de una obra y recibir opiniones de cada persona 
que integra el grupo artístico es, según las y los artistas, un elemento transformador 
porque permite trazarse objetivos comunes, superar el individualismo enquistado en 
los imaginarios sociales desde los cuales se han formado desde la niñez, cuestionarse 
escuchando a las y los otros e ir más allá del ansia de reconocimiento individual. 
Sostienen que diferir también sana y es una oportunidad de superar la necesidad de 
imponer la opinión propia o tener la razón; hábitos enquistados en una sociedad como 
la guatemalteca donde no se ha aprendido a discutir, sino que las ideas y las acciones son 
impuestas por el ejercicio del poder y en momentos históricos claves, por el terror.

La libertad de expresión ejercida en un escenario es una forma de ejercer poder desde 
los grupos no dominantes. Especialmente en el colectivo teatral, se enfatizó en que es 
la oportunidad de decir libremente a quienes en la vida real no sería posible, por la falta 
de acceso, aquello que se cuestiona del accionar de personas o grupos que ejercen la 
hegemonía en una sociedad. Puede ser explícitamente o desde la intención, subtexto o 
los objetivos de la obra, actores y actrices o el personaje mismo.

La creación de una obra artística a partir de un profundo proceso investigativo, como es 
el caso de los grupos abordados, es un ejercicio de historizarse, de construir memoria, 
un diálogo entre pasado y presente. Este proceso es muy importante tanto para entender 
la realidad, proponer acciones de solución a problemáticas, como para la construcción 
de identidad. Historizarse permite ponerle nombre a la realidad, tomar decisiones. El 
mismo hecho de nombrar algo que no se había identificado, es sanador; permite entender 
la razón del pasado y el presente, y así cambiar de alguna manera el rumbo del futuro.  La 
expresión artística ejerce en este sentido una función docente en la sociedad en la que 
está inmersa y a quien se dirige, abriendo caminos, despertando consciencias.