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Instituto de Investigación y Proyección sobre Dinámicas Globales y Territoriales (IDGT)
fuerte cohesión en el colectivo, una protección mutua, formas de conocerse a mayor
profundidad, plantear cuestionamientos y traducirlos en expresión artística.
En diversas esferas se habla sobre las potencialidades sanadoras que tiene el desarrollo
de alguna disciplina artística, no desde un abordaje terapéutico, sino a partir de la misma
praxis. Aunque no podría asegurarse que para todas las personas funcione de la misma
manera, todos los aspectos anteriormente descritos, propios del trabajo creativo artístico,
son un aporte para superar problemáticas a nivel individual y colectivo.
Las y los artistas abordados en las tres áreas aseguraron que el trabajo artístico ha sido un
pilar fundamental para mejorar su vida y también que han notado aspectos transformadores
cuando se presenta una obra o exposición frente al público. Dentro del mismo, hay
personas en las que se despiertan emocionalidades positivas y cuestionamientos que no
se habían planteado.
Un aspecto particular es que coincidieron que estos momentos de transformación o
sanación se dan cuando no se buscan; ocurren sin esperarlo. Hay formas de plantearse
preguntas sin buscar forzadamente las respuestas. Por ejemplo, estas preguntas se
trasladan al cuerpo y se genera un movimiento espontáneo. En el caso de las y los
artistas visuales, los cuestionamientos se trasladan a los materiales de trabajo, también
a un proceso desde dentro del cuerpo y el cual permite que cada pregunta se tome el
tiempo necesario. Quizá se llegue a una respuesta o implique un largo lapso de tiempo de
un trabajo donde emergen obras, pero sigue el proceso de forma indefinida.
Otro punto importante es que el proceso creativo exige un trabajo profundo de indagación
emocional, técnicas en las que se condensa una emoción determinada, a partir de una
detallada observación y vivencia de múltiples conciencias. Prácticas como la denominada
«economía de movimiento», lograr que sin palabras el cuerpo traduzca la emoción, la
continua ejercitación de entrada y salida de las emociones, formas de liberarlas también
a partir de la palabra, son herramientas valiosas para la transformación y la sanación
individual y colectiva. Con ello se trasciende el lugar común de considerar la expresión
artística solamente como una catarsis; se trata de encontrar maneras de reconstruirse, de
reinventarse a nivel personal y grupal. Cada vez que las y los artistas se expresan a partir
de su creación, coinciden en que es una forma de contactar con su origen, con quienes
son y el camino que han elegido.