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Instituto de Investigación y Proyección sobre Dinámicas Globales y Territoriales (IDGT)

En cuanto al proceso creativo, se pudo constatar que tiene una importancia en sí 

mismo, independientemente del resultado que se plasma en la obra artística. Es un 

puente entre el subconsciente y el consciente en cuanto a las búsquedas que se dan en 

el terreno de la improvisación, donde llegan a la superficie imágenes sonoras, visuales, 

táctiles y espaciales, que han estado presentes en el artista y despiertan o se accionan 

por dispositivos y situaciones provocadoras existentes en la realidad y el contexto. Las 

y los artistas se convierten en mediadores entre las formas no concretas y las que se 

manifiestan en la realidad.

El construir paso a paso una obra artística implica un trabajo investigativo a nivel 

interdisciplinar, en el cual se plantea un tema o un problema, cuestionamientos, objetivos, 

metodologías y el gran hallazgo es precisamente la obra, es decir, que tiene epistemologías 

propias que contribuyen a la comprensión y transformación de la realidad, a la creación de 

nuevos significados, movimiento en los esquemas y las creencias enquistadas en la sociedad.

Causas y formas de gestionar el conflicto

En estas formas de interrelación cotidiana, el hecho de compartir mucho tiempo (un 

aproximado de ocho horas cada día) y la intensidad emocional del proceso, inevitablemente 

provocó conflictos. Entre las causas principales puede citarse la diferencia de experiencias 

vitales, la contraposición de opiniones y formas de ver la realidad, asimismo, las 

desavenencias que causaban roces y enojo. Sin embargo, se notó en los colectivos que 

el aumento del cansancio y la cercanía del estreno de la obra aumentaba el estrés, lo cual 

acrecentaba los conflictos: el cansancio estaba directamente relacionado con el conflicto. 

Cabe decir que no era solamente físico, sino psicológico y emocional, ya que el proceso 

creativo demanda un fuerte trabajo a nivel interno, un constante cuestionamiento, trabajar 

con las emocionalidades propias y las de quienes forman parte del grupo.

Fue interesante observar las estrategias que los colectivos artísticos pusieron en marcha 

para superar y gestionar el conflicto. Entre las más importantes, se encontró el objetivo 

de mantener el gozo como elemento central del proceso; el recordar constantemente 

este aspecto como pilar tanto del proceso creativo como de las presentaciones, permitía 

que las y los miembros de los colectivos vieran los problemas desde otra perspectiva.

Siempre se procuró en los grupos artísticos no ocultar las emociones, sino sacar a luz las 

inconformidades y las diferencias a través del diálogo. Esto permitió que los conflictos