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Los caminos de la creación artística, procesos de vida

Existe también un tipo de entrega particular cuando el o la artista trabaja en otra cosa 
distinta a su vocación, para poder financiar un proyecto creativo propio. Dado que en 
el contexto guatemalteco en la mayoría de casos es muy difícil sobrevivir del arte, varias 
personas se adaptan a otras labores para tener el sustento necesario y también llevan a 
cabo esfuerzos importantes para no abandonar su trabajo artístico. Así lo expresa Yelena 
Chávez: «Yo trabajo de todo lo que me toque hacer para poder financiar mi proyecto y 
creo que a eso le doy mi tiempo, mi todo, todo. Te acostás pensando en tu proyecto y te  
levantás y decís “me falta esto y aquello”. Le doy todo, mi sábado, mi domingo, mis días 
libres. La obra te da la tranquilidad de que la hiciste, la satisfacción de que allí está».

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Por su parte, según Brayan Córdova, bailarín, el artista tiene la posibilidad de donar al 
público recursos para recordar su capacidad de sentir, en un mundo en el que los seres 
humanos se distancian cada vez más, donde en diversos contextos, especialmente en los 
guatemaltecos, prima la desconfianza, la necesidad de defensa ante la real o imaginada 
amenaza del otro. En sus palabras: 

En un presente como este en que todo es tan demandante, tan rápido, como que pareciera que 
sentir ya no es necesario. Yo creo en devolverle ese espacio a la gente para que imagine, para 
que sienta. Hay gente que incluso cree que ni en el arte se permite ahora sentir, que es más 
conceptual. Me decían: “tenés que ser más pragmático para que la gente realmente entienda y 
viva lo que vas a hacer allí”. Me chocó mucho eso, el hecho de que sentir se está condenando 
también. Ahora pareciera que lo único que vale es que seas fuerte, que luchés, que estés siempre 
en resistencia. Yo digo que sí, que hay que hacerlo, pero también hay que sentir, si no, ¿cómo te 
vas a conectar con los demás?

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Las y los miembros del grupo de danza Momentum coinciden en que a partir de los 
procesos creativos, se crean nuevos mundos con sus propias relaciones, normas a veces 
explícitas y a veces tácitas entre quienes pertenecen al colectivo artístico. Se entregan ideas, 
palabras, preguntas que son disparadores de nuevas fuentes de creatividad que provocan 
una apertura a nuevos pensamientos y emocionalidades. Sabrina Castillo expresa: «Eso pasa 
en el grupo, unos a otros nos arrancamos preguntas que de otra manera no las hubiéramos 
pensado. Eso me encanta porque miro las cosas de otra forma».

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  Entrevista realizada el 8 de marzo de 2017.

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  Grupo focal realizado el 27 de junio de 2017.

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Ibid.