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Instituto de Investigación y Proyección sobre Dinámicas Globales y Territoriales (IDGT)
Andrés Rodríguez, artista visual, describe el proceso creativo como un acto liberador
porque demanda desafiar la rigidez, buscar siempre nuevas posibilidades y lleva a
cuestionar los dogmas. Expresa: «lo veo como una manera de salirme de los márgenes
aunque sea por solo cinco minutos que dure el
performance. También la vida es una
continuación de esos ejercicios de libertad. Con el
performance me siento completamente
libre. (…) Creo, porque lo he vivido, que el arte realmente puede llegar a transformarte,
puede llegar a puntos que nunca pensaste que llegarías en tu vida cotidiana. Pienso que
los artistas cuestionamos mucho las cosas, por lo menos los artistas contemporáneos
conceptuales, porque siempre estamos en búsqueda de encontrar algo en qué trabajar y
pienso que somos mucho más observadores».
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A partir del
performance y también de las puestas en escena, los cuestionamientos y la
investigación atraviesan el cuerpo, porque el mismo está involucrado en la acción, en la
obra artística. Esto, tanto en el proceso creativo como en la presentación del resultado
final que se traduce en la obra, hace que las y los artistas transiten por caminos distintos a
cuando solamente se indaga la realidad a partir de los procesos intelectuales. El involucrar el
cuerpo permite acceder a otra fuente de información encarnada, que se vuelve movimiento
y acción. Asimismo, el experimentar en carne propia la realidad que se quiere presentar,
ir al lugar, hablar con las personas que la viven, compartir experiencias por un tiempo
determinado, hace que se aprehenda dicha realidad desde todos los sentidos.
Al intervenir el cuerpo o cuando el mismo irrumpe en un espacio, se convierte en
un elemento activo que según el artista puede transformar un entorno, provocar una
reacción, alterar una situación determinada. En estos aspectos tan sencillos ya existe un
aspecto transformador puesto que esa realidad intervenida ha tenido una alteración, por
pequeña o efímera que esta sea. Ya posteriormente otros procesos podrán contribuir a
que las transformaciones deseadas sean sostenibles en el tiempo.
El entrar a realidades desconocidas, asegura, también permite desarrollar una empatía con la
gente que vive determinadas problemáticas, aunque sean ajenas a la propia realidad: «Porque
todos hemos pasado por algo trágico o todos hemos sido marginalizados en algún momento
de nuestra vida. Al hacer arte, se vive otra sintonía con el mundo, se crean vínculos».
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Entrevista realizada el 14 de febrero de 2017.
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Ibid.