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Los caminos de la creación artística, procesos de vida

En cuanto a lo sucedido principalmente en los años ochenta en Guatemala, la década 
más cruenta del conflicto interno, hubo un proceso interesante de llenar vacíos en el 
proceso de la dramaturgia. Mariam Arenas lo explica claramente cuando dice que el 
participar en este proceso creativo y en el mundo del teatro en general, le ha permitido 
conocer los hechos acaecidos en la época citada, enterarse de un pasaje de la historia 
que en su familia jamás se tocó. Esto la hizo tener otra consciencia y entender de mejor 
forma el presente en su contexto, incluso su propia historia personal.

Por otra parte, hicieron un profundo acercamiento etnográfico a la realidad que se vive 
en el relleno sanitario. Se mimetizaron con las y los trabajadores del lugar, recolectaron 
basura y la clasificaron. Esto permitió que los parlamentos de la obra, aun cuando 
incluyen elementos de ficción, estuvieran basados en un contexto concreto y contribuyan 
al registro de una historia del tiempo presente. Comentaron que a partir de esta visita se 
transformó su vida cotidiana, contribuyó a formar nuevas subjetividades, desde adquirir 
hábitos de clasificar la basura en su casa, hasta elaborar simbólicamente la suciedad, esa 
suciedad física, pero también la que se lleva dentro: la sombra, los matices de bondad y 
maldad en un mismo ser humano.

Hubo un gran impacto en encarar esa forma de vida que la sociedad generalmente ignora, 
una realidad aparentemente inexistente. Mariam Arenas describe: «¡Son colinas, montañas 
de basura! Siempre nos sentimos en riesgo, pudimos ver las condiciones infrahumanas en 
que vive la gente, los niños, la gente que vive en las colindancias. Curiosamente, uno de 
los asentamientos se llama “Manuel Colom Argueta”, que vivió perseguido en la época 
del conflicto por más de veinte años. Es muy simbólico que uno de esos asentamientos 
en un lugar olvidado por la sociedad guatemalteca, lleve su nombre».

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Este planteamiento es muy importante en el proceso de historización porque se funden 
pasado y presente, se elaboran nuevos significados. El hecho de internarse en la realidad 
de las personas que día a día sobreviven recolectando basura, generó un impacto. En las 
colindancias de ese territorio están los asentamientos y los enterrados como «XX», que 
conectan con las atrocidades vividas durante la guerra interna. Es allí donde pasado y presente 
dialogan. Se generan nuevas reflexiones, como la paradoja de la existencia de un asentamiento 
con el nombre de un personaje que cuestionó al sistema y fue asesinado como tantos otros 
en el país, y que su nombre ahora esté presente en un lugar que refleja profundas pobrezas. 

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Ibid.