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Los caminos de la creación artística, procesos de vida

Según Orantes:

Allí hay una especie de liberación que va también a la par del proceso de información y del 
cuestionamiento de ¿qué quiero cambiar? Primero en mí porque, por ejemplo, todos somos parte 
de la historia y nos ha afectado de alguna manera. Por ejemplo, a mí me mataron a mi padre, a mis 
tíos, yo no puedo ser inocente; pero también decido qué hacer con esto para construir algo nuevo. 
En este sentido tiene que haber también sanación. ¿Construir qué? Mis mismas inseguridades, mis 
temores, el colectivizar, nos tiene que transformar en alguna medida y por lo tanto, sanar algunas 
cosas. Al comprender cómo funciona, la catarsis es sanadora, pero no debemos quedarnos allí. 
Estamos hablando de un teatro que invita a pensar. Al compartir con el público y hacer reflexionar, 
también estamos sanando. Hablarlo, sacarlo, discutir. Diferir también creo que sana, porque somos 
un país que no solo no habla, sino que no aprende a discutir. Creemos que todo nos va a llevar a 
un conflicto irremediable y destrozador y eso no es así. El tener la posibilidad de discutir y no estar 
de acuerdo, está bien. El arte permite esto, porque es una construcción de algo para que el mundo 
sea, aunque sea en una medida chiquita, un poco mejor.

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Con lo anterior, Orantes plantea ideas profundas que vinculan aspectos transformadores con 
el trabajo creativo-artístico. En primer término, que el contacto y la expresión no solo de las 
emociones, sino de las huellas de la historia tanto personales como colectivas, ofrecen una 
oportunidad liberadora, pero que no se queda en la catarsis (imaginario o lugar común donde 
muchas veces se sitúa el rol del arte en espacios terapéuticos), sino que va mucho más allá: a 
encontrar maneras de reconstruirse, de reinventarse, tanto a nivel personal y grupal. 

Otro punto importante es que dentro del colectivo artístico, cuando se ha fortalecido la 
confianza, hay un espacio para dejar que emerja la vulnerabilidad sin tener que esconderla o 
defenderse. El permitirse ser vulnerable a través de las emociones en un espacio de contención, 
también permite generar espacios sanadores, que fortalecen la cohesión colectiva.

Un aspecto importante que también menciona la directora es que el objetivo del teatro 
no es solamente quedarse en el aspecto emocional, sino como ella dice, hacer un «teatro 
que invita a pensar», que pretende mover la inercia, cuestionar estructuras, discursos 
hegemónicos, crear vías que permitan una sana discusión, un debate de ideas respetuoso 
en un contexto como el guatemalteco, donde tradicionalmente se ha tenido que acatar el 
discurso impuesto sin posibilidad de discutir, tal como ella lo expresa.

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  Grupo focal realizado el 8 de junio de 2017.