109
Los caminos de la creación artística, procesos de vida
El artista explica que para crear la danza, se han planteado preguntas, lo cual ha sido
un ejercicio interesante porque no buscan obtener respuestas, sino trasladar estos
cuestionamientos al cuerpo, al movimiento mismo. Quedan entonces, quizá respuestas,
pero también nuevas interrogantes, se descubren nuevos intereses. Este proceso
permite recabar información mucho más profunda, tanto a nivel personal, como en el
contacto entre corporeidades a nivel colectivo. Han experimentado que de esta forma las
situaciones pueden abordarse desde múltiples aristas y a niveles más complejos que si se
hace solamente a partir de la palabra.
También Jeffrey Ortega sostiene que cuando se trabaja desde el cuerpo, se aprende a
desarrollar otro tipo de inteligencia, la que se encarna en el mismo cuerpo. Se aprende
también a confrontarse consigo mismo, a traspasar los límites físicos, que lleva a superar
otro tipo de límites mentales y emocionales. El hecho de saber que ha sido posible
ir más allá del dolor físico o lograr movimientos de los que no se creían capaces, les
fortalece para traspasar otro tipo de límites en la vida. Ortega describe: «Cuando llegaba
a esos momentos, entraba en pánico, quería salirme del salón, ¡que me diera el aire! Yo
suelo huir mucho de las cosas, pero esto me sirvió para trasladarlo a mis relaciones,
por ejemplo, no abandonar la relación de pareja cuando surgen problemas. A veces me
estaba hiperventilando antes de empezar, como sintiendo que no iba a poder y ¡aún no
habíamos empezado! Ahora ya aprendí a permanecer a pesar del pánico. Tanto el querer
permanecer en una danza como en una relación».
120
El grupo de bailarines coincide en que vivir juntos el proceso creativo les ha fortalecido
a nivel individual y también a saber manejar mejor las interrelaciones, las diferencias con
los otros, los conflictos y desacuerdos.
El hacer danza les ha llevado a conocerse más a sí mismos. Como expresa la bailarina
Andrea Ayala: «Cuando bailo, estoy en el preciso momento para ser yo. Me encuentro,
vuelvo al lugar de origen, cuando me enamoré de la danza, cuando todo empezó».
121
En el diálogo con las y los bailarines, se hizo la observación de cómo han recibido
comentarios por parte de gente cercana, ajena los círculos artísticos, de ver esta labor
120
Ibid.
121
Respuesta de Andrea Ayala a una pregunta de una persona del público, en la presentación de la obra
20 preguntas sobre la danza, 10 de julio de 2017.