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Instituto de Investigación y Proyección sobre Dinámicas Globales y Territoriales
REFLEXIONES FINALES
Desde los inicios de su campaña electoral, el ahora presidente Donald Trump proclamó
que combatiría la migración ilegal. Apenas cinco días después de su entronización en el
salón oval, lanzó su primera orden ejecutiva para restringir la migración. La siguieron
otras órdenes ejecutivas, propuestas de ley y suspensión de programas. EL Instituto
de Investigación y Proyección sobre Dinámicas Globales y Territoriales (IDGT) hizo
un seguimiento a esas políticas para descubrir lo nuevo, lo malo y lo más perjudicial de
su impacto actual y potencial para los migrantes centroamericanos. Ese seguimiento se
plasma en estas reflexiones, que incluye no solo las políticas de Trump, sino también las
reacciones de los migrantes para hacerles frente y un estudio de caso que muestra cómo
se cruzan las políticas y las reacciones.
No hay duda de que Trump ha sido el presidente más prolífico en medidas de combate
a la migración sin adjetivos, es decir, tanto documentada como indocumentada. Pero eso
no significa que haya sido el más efectivo ni el más original en el que se supone que es
el principal cometido de dichas medidas: el freno a la migración ilegal. Las capturas en
la frontera mexicano-estadounidense han menguado, no sabemos si por ineficacia de la
patrulla fronteriza o porque el flujo de migrantes ha disminuido.
Lo que sí sabemos es que en el combate contra la migración ilegal Trump no ha hecho
los avances e innovaciones que sus propuestas de campaña proclamaron. Ha hecho
más de los mismo: elevar en más de seis mil millones el presupuesto y en 10 000 el
número de efectivos del Immigration and Customs Enforcement, deportación expedita
de indocumentados con récord criminal, convenios bilaterales entre el ICE y las
policías locales, proponer un aumento en las penas de prisión para los indocumentados
reincidentes, expandir la capacidad de los centros de detención de 34 000 a 51 000 camas
y reinstalar el programa Comunidades seguras.
Las verdaderas novedades de las políticas migratorias de Trump no están en su combate
a la migración indocumentada, sino a la migración autorizada a priori (el refugio y la
concesión de residencias por lazos sanguíneos con ciudadanos y residentes) y a posteriori
(TPS, DACA). Las principales medidas que Trump ha tomado para restringir la migración
documentada son las siguientes:
1) La reducción del techo de refugiables a un máximo de 50 000 es decir, a menos de
la mitad del año anterior. Trump se propuso reducirlo no solo en 2017, sino dejar
ese techo establecido mediante la ley.