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Instituto de Investigación y Proyección sobre Dinámicas Globales y Territoriales

que es la historia de su mamá la que la impulsó a hacer esto». Tres días después, en una 
entrevista que le hice en el campus de su alma mater, Gabriela fue más específica: 

«Siempre me ha interesado mucho esto del Gobierno, mi situación. Sabía de César 
Chávez y Dolores Huerta. Me ponía a pensar: “Wow, ¡qué chéveres!”. Pero si uno 
se pone a pensar en lo que ellos lograron, tal vez no es mucho, porque todavía hay 
muchas cosas que cambiar. Cuando me hicieron una entrevista, les dije: “Estoy 
aquí dando la cara. Pero esta no es solo mi historia. Es la historia es de mis padres, 
que tuvieron ese valor de cruzar la frontera contra la prohibición. Mi mamá fue 
la primera rebelde. Yo soy todo lo que soy por ellos, porque ellos nunca se han 
dado por vencidos”».

Gabriela establece la filiación de su rebeldía. Puntualiza que su desobediencia civil 
hunde sus raíces en el desacato de sus padres, una cadena donde unos actos políticos 
engendraron otros porque las decisiones de la primera generación de inmigrantes 
moldearon las condiciones políticas de la generación 1.5. 

Según los expertos en estudios religiosos Marie Friedmann Marquardt y Manuel A. 
Vásquez, los éxitos parciales de los dreamers (la atención que les prestó la administración de 
Obama y las simpatías de muchos ciudadanos estadounidenses) «pueden ser atribuidos, 
en gran parte, al uso estratégico de prácticas pacíficas de desobediencia civil, incluyendo 
marchas y plantones, así como al extendido uso de testimonios conmovedores, que 
grupos como United We Dream [unidos soñamos] tomaron prestados del movimiento 
de lucha por los derechos civiles»

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. Los dreamers supieron empalmar con una tradición 

bien establecida de desobediencia civil como herramienta de lucha para incluir a los 
excluidos. Su paso por la escuela y la universidad, las relaciones que cosecharon tras 
la atención mediática y su protección contra la deportación como segmento de los 
indocumentados que podían beneficiarse con el programa DACA, los colocaron en 
condiciones de conocer y practicar la desobediencia civil. Esa práctica ha mantenido su 
presencia en los medios y confirmado a los políticos que son un actor político de creciente 
importancia. Ese reconocimiento lo obtuvieron con la visita que en la University of 
San Francisco les hizo Nacy Pelosi, congresista demócrata, que se ha caracterizado por 
sus posiciones pro-inmigrantes incluso en la discusión sobre temas espinosos como la 

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  Marie T. Friedmann Marquardt y Manuel A. Vásquez, «“To Persevere in our Struggles”: Religion 

among Unauthorized Latino/a Immigrants in the United States, in Hidden Lives and Human Rights 
in the United States». Understanding the Controversies and Tragedies of Undocumented Immigration, vol. 3: 
Economics, Politics, and Morality, Lois Ann Lorentzen (ed.), (Santa Barbara: Praeger, 2014), 317