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Instituto de Investigación y Proyección sobre Dinámicas Globales y Territoriales
III. LOS DACAMENTADOS: UN ESTUDIO DE CASO DE LA
INTERSECCIÓN ENTRE POLÍTICAS Y RESISTENCIAS
El 5 de septiembre de 2017 Donald Trump canceló el programa DACA: Deferred
Action for Childhood Arrivals (DACA), que puede ser traducido como Acción Diferida
para los Llegados en la Infancia. En un abrir y cerrar de ojos, la palabra DACA –que
hasta entonces era del dominio de los beneficiados y unos pocos más– había pasado
del lenguaje especializado al lenguaje común. Estaba en boca de muchos que antes no
la habían pescado por los oídos. Obama no logró con su aprobación lo que Trump
con su rechazo. La supresión fue una más de las medidas anti-inmigrantes que Trump
viene aplicando desde que llegó a salón oval, pero sin duda la que más manifestaciones
y condenas ha desatado. Tales reacciones no solo se deben al número de los afectados
inmediatos –alrededor de 800 mil– ni al de afectados potenciales que pueden superar
los cinco millones. Se deben a que el programa había dado vuelos a un movimiento
–el de los dreamers– que se formó a partir del no-movimiento de los indocumentados.
Los DACAmentados han sido un segmento de los indocumentados, la parte más aceptable
de una manzana que algunos juzgan podrida. En este texto expondré cómo llegamos a
esa situación y las implicaciones políticas y reacciones que tuvo haber logrado construir
una etiqueta que hizo socialmente aceptables a un grupo de los «ilegales».
¿Quiénes son los dreamers?
Adelantándose a varias versiones de esta ley, en julio de 2011, el estado de California
aprobó la California Dream Act, que concede, a los estudiantes indocumentados que
ingresaron al país cuando eran menores de 16 años y habían estudiado la secundaria,
acceso a fondos de apoyo para costear sus estudios universitarios. Un estudio
de la escuela de leyes de la Universidad de Berkeley sostuvo que 400 mil menores
indocumentados residen en California, la mayoría de los cuales fueron llevados a los
Estados Unidos antes de que cumplieran los 12 años. Pocos de ellos tienen acceso a
la educación superior, dado que los costos de la universidad son la más prohibitiva
barrera para los estudiantes indocumentados. De acuerdo a ese estudio, solo 1620
estudiantes indocumentados ingresaron en 2005 a las universidades estatales de
California. Diversos estudios han enfatizado las consecuencias de la vulnerabilidad
legal sobre el acceso a la educación universitaria y otros tipos de formación.
Esa exclusión reduce el ingreso futuro de un grupo particular de población porque
un trabajador con un título de licenciatura en promedio gana un millón de dólares
más a lo largo de toda su vida que un trabajador que solo tenga un título de bachiller.