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Políticas migratorias estadounidenses y resistencias de los centroamericanos indocumentados en la era de Trump

Trump continuó con sus economías en ligas mayores de la ayuda estadounidense, como 
el financiamiento a la organización de las Naciones Unidas (ONU). Y lo hace en rubros 
que cuyo recorte al menos es coherente con sus propuestas de política migratoria, 
el apoyo a los refugiados. El la Agencia de la Naciones Unidas para los Refugiados 
(ACNUR) recibe de Estados Unidos 1.5 de los 4 mil millones de su presupuesto anual, 
Trump propuso un recorte de más de 500 millones. El aporte estadounidense en ayuda a 
la ONU ha sido muy significativo cuando las circunstancias lo ameritan. En 2016 Estados 
Unidos contribuyó con 10 mil millones para el apoyo a los refugiados, ayudas alimenticias, 
protección de los derechos humanos vacunación de niños y acciones de pacificación.

 

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 Trump redujo la contribución a esos programas y a Unicef en un 30%, asestó un 

contundente golpe a la heterogeneidad supraestatal. Hasta ahora, Estados Unidos 
otorgaba esos fondos, sabiendo –temiendo– que Acnur podía incluso dar declaraciones 
críticas a sus políticas, si bien han sido críticas expresadas en tonos y ambientes inocuos. 
El recorte envió un mensaje de castigo, quizás penalizando a Naciones Unidas por la 
«New York Declaration for Refugees and Migrants» [Declaración por los refugiados y 
migrantes de New York], en la que dicho organismo anticipó su postura contra la de 
Trump de una forma inusualmente directa y en vísperas de la campaña, reiterando su 
compromiso con los refugiados independientemente de su estatus legal y condenando la 
xenofobia y la detención de menores.

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 El Acnur ratificó esas posiciones tras las órdenes 

ejecutivas, con la «UNHCR’s position regarding the detention of refugee and migrant 
children in the migration context» [La posición del Alto Comisionado de la Naciones 
Unidas para los Refugiados con relación a la detención de niños migrantes y refugiados 
en el contexto migratorio] que dio a conocer en enero de 2017

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, es decir, en vísperas de 

que Trump diera sus órdenes ejecutivas.

Por un lado, estos y otros recortes son consistentes con las promesas de Trump. Por 
otro, pueden tener el efecto no deseado de convertirse en una política promotora de las 
migraciones al combinarse con el contexto en que se aplican: la ONU ha declarado que 
20 millones de personas están siendo afectadas por la hambruna que se cierne sobre 
Nigeria, Somalia, Sudán del Sur y Yemen. Unicef estima que al menos 1.4 mil millones 
de niños están en riesgo de muerte por severa malnutrición. Trump no solo aplica las 

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  Gregory A. Maniatis, «Trump’s Tomahawks Won’t Help, Project» Sindicate, 11 de abril de 2017, https://

www.project-syndicate.org/commentary/trump-syria-humanitarian-aid-budget-cuts-by-gregory-a--
maniatis-2017-04

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  United Nations General Assembly, «New York Declaration for Refugees and Migrants», New York, 13 

de septiembre de 2016, http://www.un.org/ga/search/view_doc.asp?symbol=A/71/L.1

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  UNHCR, «UNHCR’s position regarding the detention of refugee and migrant children in the migration 

context», http://www.refworld.org/docid/5885c2434.html