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Instituto de Investigación y Proyección sobre Dinámicas Globales y Territoriales

sentencia] y «three strikes and you’re out» [tres faltas y estás fuera], las dos prolongan 
los períodos que deben purgarse en prisión. Ambas fueron creación del cabildeo de 
la National Rifle Association, a la que Trump presentó su guerra contra la MS-13.  
Ahora Trump golpea a los migrantes con cierto nivel de legalidad. Era, como se ha visto, 
una legalidad vulnerable.

Forzado a buscar una aproximación a estas medidas anteriores entre las creaciones de 
Trump para controlar y castigar la migración no autorizada, puedo identificar que sus 
directrices contra las jurisdicciones santuario son el golpe con mayor potencial de afectar 
a los migrantes indocumentados. Son un castigo financiero a las localidades que tratan 
a los indocumentados como si fueran residentes legales o que se niegan a colaborar con 
las agencias federales que aplican las políticas migratorias. Tampoco estas medidas son 
una novedad, la Enforce the Law for Sanctuary Cities Act [Ley de aplicación de las leyes 
en las Ciudades Santuario] que aprobó la cámara de representantes en 2015 castiga a las 
ciudades santuario. Las propuestas de Trump no activarán el primer caso de castigos 
presupuestarios contra localidades insumisas a la legislación migratoria; pero son altamente 
significativas porque, en esta versión expandida, atentan contra la heterogeneidad estatal, 
es decir, contra la diversidad de políticas que expresan diversidad de pareceres y, en ese 
sentido, son directrices que ejercen un despotismo federal que es anti-democrático por 
sus procedimientos y por su fin último, que es excluir. El nivel federal se ha impuesto 
en otras ocasiones, como lo hizo en los años 60 del siglo XX cuando intervino para que 
las jurisdicciones del sur acabaran con la segregación, en ese caso el fin último no era 
anti-democrático porque buscaba la inclusión. Las confrontaciones entre el nivel de la 
administración federal y los gobiernos estatales y locales son numerosas en la historia de 
los Estados Unidos, la voluntad de incluir no está siempre de un lado. De ahí el peligro 
que entraña defender la imposición per se de una instancia sobre otra, este es un tema que 
jurídica y políticamente tiene muchos elementos para reflexionar.

El medio –el miedo– es el mensaje

Trump no ha emitido ningún mandato que innove en las políticas anti-inmigrantes.  
Ha hecho «más de lo mismo», aunque con un incremento en el número de agentes del 
Immigration and Customs Enforcement y en el número de arrestos en el interior del 
país. Su insistencia en ventilar una orden tras otra en los primeros días de su mandato 
probablemente se debió a que, además del mensaje de que ha tomado cartas en el asunto, 
quiere transmitir otros mensajes que están en el medio utilizado, en los textos de las 
órdenes ejecutivas. Las órdenes insisten en que los estadounidenses están bajo amenaza 
y que la migración representa un peligro para la seguridad nacional.