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Políticas migratorias estadounidenses y resistencias de los centroamericanos indocumentados en la era de Trump

los costos de aplicación y reduciendo la edad máxima de aplicación de 33 a 19 años de 
edad. Manufacturada por el senador republicano conservador, miembro del Tea Party 
[corriente política de extrema derecha] y precandidato en 2016 a la Presidencia, Mario 
Rubio, la Stars Act también aumentó el período del estatus condicional, es decir, el tiempo 
para acceder a la residencia, más allá de la culminación de los estudios universitarios.

Un mes después de la promoción de la Stars Act, el presidente Barack Obama anunció que 
su administración detendría las deportaciones de jóvenes indocumentados que calzaran 
con ciertos criterios propuestos por la Dream Act. Nació así el programa DACA, con 
potencial de beneficiar a 1.7 millones de indocumentados ya presentes en los Estados 
Unidos, la mayoría de México y Centroamérica. En realidad, a muchos más, si tenemos 
en cuenta las posibilidades de su ampliación. Llegó a beneficiar a 800 000 jóvenes.

Los políticos no permanecieron de brazos cruzados. Siguieron defendiendo a los dreamers
Ante la previsible supresión de DACA, hubo una sucesión de propuestas legislativas 
que deberán someterse a votación en los próximos meses. Una de ellas es la BRIDGE 
Act
 (Bar Removal of Individuals who Dream and Grow our Economy Act), que los 
senadores Lindsey Graham y Dick Durbin presentaron en abril de 2017 y que hubiera 
garantizado tres años de extensión del DACA. No era más que una solución temporal, 
pero se hubiera convertido en un peldaño hacia una solución permanente porque habría 
ganado tiempo (el necesario para que termine el período de Trump) y, ante todo, hubiera 
sido un instrumento legislativo a salvo de los caprichos de Trump o quien lo suceda.

Otra iniciativa fue la Recognizing America’s Children Act [Ley de Reconocimiento de los 
Hijos Estadounidenses] que en marzo de 2017 fue presentada por Carlos Curbelo y un 
grupo de representantes republicanos para otorgar un «estatus condicional de residente 
permanente» por cinco años a quienes cumplieran con los requisitos de DACA. Después 
de esos cinco años, aquellos que se enrolaran en el ejército, se graduara de la secundaria 
o pudieran demostrar que trabajaron continuamente durante cuatro años habrían sido 
elegibles para la concesión de la residencia permanente.

Finalmente estaba la Dream Act, presentada por primera vez en el 2001 por los 
senadores Dick Durbin (Illinois) y Orrin Hatch (Utah), rechazada, presentada y 
rechazada nuevamente en 2010, base de inspiración de DACA y, anticipándose a la 
suspensión de DACA, vuelta a presentar el 20 de julio de 2017 por Durbin junto 
con el también senador Lindsay Graham. Son varios intentos en los últimos 16 años.