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combinan para generar productos. Está fuertemente relacionada con la eficiencia técnica, la
cual se define como el máximo nivel obtenible de producto dado un cierto nivel de insumos.
La estabilidad se refiere a la constancia de la productividad del ecosistema (mensual o
anualmente por ejemplo), en presencia de las fluctuaciones y ciclos normales en el ambiente
que lo rodea debido a variaciones causadas por el clima o la demanda del mercado por
productos agrícolas. La resiliencia se refiere a la capacidad de los ecosistemas de mantener
la productividad en presencia de estrés o de una perturbación importante. El estrés es un
fenómeno frecuente, a veces continuo, relativamente pequeño y predecible que tiene un gran
efecto acumulativo. La perturbación es un evento importante, relativamente de amplia
envergadura e impredecible.
En síntesis y con la idea de manejar un concepto que internalice los enfoques anteriores es
posible indicar que la “agricultura sostenible es aquella que optimiza la producción sin
degradar la base de recursos naturales”.
3.2 Recursos naturales y ambiente
Aunque no es de extrema relevancia es importante aclarar la orientación conceptual de cada
término así como la relación que existe entre ambos. Romero (1994) utiliza varios criterios
para abordar la definición de recurso natural. Así, con base en sus propiedades físicas, se
definen como factores que, afectando a los procesos de producción y consumo, tienen su
origen en procesos naturales que escapan al control del ser humano. Tales procesos de
generación de recursos pueden ser biológicos, geológicos o químicos. Estos procesos
generadores pueden ser muy cortos o de muy larga duración.
Desde un punto de vista económico, los recursos naturales son factores que afectan a las
actividades productivas, pero que no han sido hechos por el ser humano, ni tampoco han sido
hechos a través de un proceso de fabricación iniciado por el hombre. En términos
económicos, no corresponden a los conceptos de capital o trabajo. La literatura clásica
equipara este término al de tierra.
Romero (1994) plantea que ante la dificultad de dar una definición rigurosa de recurso
natural, su clasificación se torna no menos difícil. En efecto, indica que según el criterio que
se elija, se obtendrá una clasificación diferente. Si el criterio clasificatorio es la
estructura del material del recurso, se pueden clasificar en: i) Biológicos: flora, fauna,
otros; ii) Minerales: oro, hierro, suelo, otros; iii) Energéticos: radiación solar, petróleo, gas
natural, otros; iv) Ambientales: agua, aire, capa de ozono, otros.
El criterio clasificatorio quizá más aceptado, frente a la utilidad de tener un marco analítico
que permita establecer el uso óptimo de los recursos, es el temporal, entendiendo por tal la
mayor o menor velocidad con que se reponen los recursos que han sido previamente utilizados
o consumidos. Siguiendo este criterio temporal se clasifican en: i) recursos no renovables:
cuando la utilización o consumo de una unidad de recurso implica su completa destrucción,
abarcando su regeneración periodos de tiempo inmensos: petróleo, gas natural, otros;
ii) recursos no renovables con servicios reciclables: cuando el uso o consumo del recurso
implica su completa destrucción en cuanto a su forma actual, pero es recuperable en un