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en ejes de la educación, en códigos de producción y en general, en múltiples instrumentos 
operativos y propuesta que viabilicen los planteamientos de la sostenibilidad ambiental.   
Debemos reconocer y defender los importantes avances del país en la construcción de una 
conciencia ambiental, pero no debemos olvidar que la institucionalidad responsable de ellos 
es aun muy frágil. El desafió es grande y ello me trae a reflexionar acerca del tercer ámbito. 
 

El rol de la academia y de las organizaciones de la sociedad civil: 

 
En principio debemos reconocer que el desafío del “desarrollo sostenible” no es 
responsabilidad exclusiva del sistema político formal.  Este desafío solo será posible si se 
forjan alianzas sinérgicas entre los actores involucrados. Entre ellos, la academia y  la 
sociedad civil están llamados, por un lado a fomentar una cultura de respeto al ambiente con 
sólidas bases en las nuevas generaciones, y por otro lado a  generar, sistematizar y difundir 
información, realizar análisis, diseñar propuestas de política técnicamente sólidas y, en 
algunos casos, realizar cabildeo para incidir en la toma de decisiones.  
 
Es en este marco que se circunscribe el convenio Marco de Cooperación entre la URL y el 
Instituto de incidencia Ambiental.  Es por ello, que en este ultimo ámbito deseo hacer 
hincapié en algunos aspectos que incluirá la  “alianza URL-Incidencia”. 
 
Deseo remarcar que en los últimos 10 años hemos presenciado un importante proceso de 
surgimiento y consolidación de organizaciones no gubernamentales de conservación y defensa 
del ambiente, con un creciente grado de especialización. Varias organizaciones se dedican a 
la administración directa de áreas protegidas mediante convenios con el Estado, algunas se 
han concentrado más en el ámbito de derecho ambiental, y otras se dedican al activismo y 
educación ambiental, en general.  Han existido instancias formales e informales de 
coordinación, y ha habido experiencias importantes de esfuerzos conjuntos.  Sin embargo, 
todavía no se ha logrado crear grupos sociales de interés de suficiente fuerza, ni sectores 
de ciudadanía suficientemente informados y concientizados para asegurar el paso desde un 
estado de constantes añoranzas por un ambiente sano de parte de algunos sectores, hacia un 
estado real y cotidiano de relaciones armónicas entre sociedad y naturaleza por todos los 
guatemaltecos. 
 
De forma sintética mencionaré algunos aspectos que, con un esfuerzo sistemático, se 
pretenden impulsar en el marco del convenio: 
 
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Generar analizar, interpretar y difundir información para los diversos sectores de la 
sociedad guatemalteca. 

 
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Formar una masa crítica para realizar investigación y generar conceptos adecuados a la 
realidad nacional; 

 
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Crear capacidades para trasmitir a los actores políticos y a la población en general, en un 
lenguaje adecuado, la problemática ambiental y el potencial de los recursos naturales 
para el desarrollo del país;