11
planificación de la formación y educación ambiental dentro de un Plan Ambiental para el
Desarrollo Sostenible. Definir e implementar una política de tal naturaleza supone un mayor
impulso en la reformulación de métodos y contenidos de nuestra enseñanza formal, y el
trabajo en la conciencia de los diferentes actores sociales que luchan por una mejor calidad
de vida.
Postular nuevas alternativas y profundizar la acción progresiva de los diferentes sectores
sociales, puede convertir la crisis en la oportunidad para lograr sociedades más solidarias,
justas y sustentables, ecológica, económica y socialmente.
2. LA CRISIS SOCIAL Y AMBIENTAL Y SU REPERCUSIÓN EN LA EDUCACIÓN
AMBIENTAL
No deja de constituir una paradoja que en esta situación el saber ambiental se va
estructurando como resultado de múltiples experiencias y profundizaciones teóricas y
metodológicas. Este saber va dejando sus ámbitos clandestinos, al cual lo habían relegado el
saber oficial para ocupar un asiento de cierta importancia en el juego de las ideas para los
tomadores de decisiones.
Pero este proceso no se opera sin costos. El concepto de desarrollo sustentable se
generaliza y algunas veces pierde fuerza y contenido. Los conceptos, en ocasiones se diluyen
y el anterior énfasis en el estudio de las complejas relaciones entre la sociedad y naturaleza
deja paso a la profundización de los cambios tecnológicos específicos, desprovistos del
análisis de las determinaciones sociales y políticas de estos procesos.
El medio ambiente constituye un nuevo sector productivo de gran empuje y creciente interés
por parte de los niveles de decisión económica, a pesar que continúa siendo resistido en los
casos que su consideración incrementa los costos en el corto plazo. Los gobiernos incorporan
las preocupaciones ambientales en la estructura legal e institucional, pero rinden pálidos
exámenes de algunos avances y muchos fracasos en el camino que debería tender al
cumplimiento de la AGENDA 21. Los requerimientos ambientales para la exportación
comienzan a condicionar las actividades productivas, y ante la falta de una mayor voluntad
política para acelerar los ritmos de la implementación de un manejo ambiental de las
industrias y las restantes actividades, estos requerimientos pueden constituirse en un nuevo
factor de discriminación de nuestras exportaciones. Las normas ambientales de las
actividades productivas son formuladas reduciendo excesivamente el espectro de variables
en juego y de hecho, incrementando los costos.
La tendencia hacia una globalización muestras sus aspectos de marginación y exclusión y en
su estudio no interviene suficientemente la perspectiva ambiental. De esta forma, los
recursos naturales siguen siendo utilizados solamente en función de la obtención de una
ventaja comparativa a nivel mundial, dejando desaprovechados o no promovidos, muchos
recursos derivados de la heterogeneidad de nuestros ecosistemas que pudieran satisfacer
las necesidades de la población. Al mismo tiempo, se mantienen con un alto nivel de
desocupación y subocupación a la fuerza de trabajo nacional. El desaprovechamiento de
recursos y la desocupación de capacidad para trabajar, se presentan desafiantes en la mesa