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ha sido muy alentadora. Pensar, por ejemplo, que una edición de 
Don Segundo Sombra o de Hombres de maíz podría agotarse a la 
semana de publicarse, es algo realmente muy impresionante. En 
este sentido creo que nuestra contribución es muy novedosa. 
En los Estados Unidos, vecino de Latinoamérica y mercado de 
dimensiones colosales, siempre se han publicado traducciones 
de textos clásicos latinoamericanos. Pero existen muchas lagunas, 
por una parte, y por otra parte algunas traducciones han sido muy 
malas –hace más de sesenta años, por ejemplo, que aguardamos 
nuevas versiones, versiones aceptables, de novelas como Los 
de abajo 
Don Segundo Sombra–. Ahora no solamente hemos 
publicado nuevas traducciones –y excelentes– sino que esas 
nuevas versiones tienen un aparato crítico que puede ayudar a 
lectores para quienes los contextos culturales de dichos textos 
siguen siendo exóticos e incluso desconocidos. Como ha dicho el 
doctor Segala, la Colección Archivos en lengua inglesa y francesa 
está destinada a un público más vasto y precisa entonces una 
publicidad de apertura y de iniciación. 

Bajo este criterio, los editores de las nuevas colecciones tenemos 
la tarea de suprimir algunos estudios críticos demasiado 
especializados y comisionar otros nuevos que den una información 
a veces más rudimentaria pero aun así digna, sólida e iluminadora. 
Hasta ahora se han publicado los títulos ya mencionados. Muy 
pronto saldrán Paradiso y Crônica da casa assassinada; y después 
veinte títulos más. 

Todo esto me parece de una gran importancia, y más todavía en 
una época en que el “retorno” de los latinos a los Estados Unidos 
es un fenómeno transculturador cuya trascendencia se hace más 
patente cada día que pasa. Con la versión en lengua inglesa, la 
Colección Archivos, que está cambiando poco a poco la manera 
en que se lee la literatura latinoamericana, la manera en que se 
concibe y se escribe la historiografía literaria latinoamericana,