62
habría que subrayar, pues nos encontramos ante un fenómeno de
creación, no de imitación.
Quizá pueda sorprender que, en Hombres de maíz, la imitación del
habla de los indígenas sufra una metamorfosis respecto de los
intentos miméticos de El Señor Presidente. No debe ser casual el
hecho de que Miguel Ángel Asturias abandone definitivamente
la pedestre imitación según la cual todas las vocales finales se
convierten en “e”, y pase a otro tipo de lenguaje, siempre popular.
En el capítulo intitulado “Venado de las siete rozas”, hablan dos
indígenas:
—¿Y qué dijo el curandero?
—Que qué dijo, que había que esperar mañana.
—¿Pa qué?
—Pa que uno de nosotros tome la bebida de veriguar quién brujió
a mi nana y ver lo que se acuerda. El hipo no es enfermedad, sino
mal que le hicieron con algún grillo. Ansina fue que dijo.
74
Como se puede observar, los indígenas hablan un español
impecable desde el punto de vista morfosintáctico y también
fonético. Hay algunas cuestiones léxicas fáciles de explicar. El
apócope “Pa”, de “Para”, presente en dos diálogos, es universal
en los hablantes del castellano. “Veriguar”, en cambio, propone
una cuestión interesante. El Diccionario de la RAE propone
“averiguar”, y anota la etimología: la palabra está compuesta por
el prefijo “a-”, sin ninguna significación, y “veriguar” que viene
del latín ‘verificare’. La tendencia popular, en algunos países de
América, de decir “veriguar” o “viriguar”, simplemente restablece
la etimología original, aunque es necesario decir que “averiguar”
existe en el español desde 1240
75
. En todo caso, se trata de una
74
Miguel Ángel Asturias, Hombres de maíz, 39.
75
Juan C. Corominas, Breve diccionario etimológico de la lengua castellana, 3.ª ed.,
Madrid, Gredos, 1976.