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Y un personaje de Carlos Samayoa Chinchilla, en “Los 
quebrantahuesos”, se expresa así:

—Afigúrese que Chinto se bajó de un bodocaso a ese 
quebrantahueso... Dende ayer andaba volando sobre el rancho de 
la Macaria, donde hay pollitos tiernos... Y Chinto le dió en la mera 
ala y se la quebró... ¿No mira cómo la tiene caída?

62

Un mozo de Flavio Herrera (El tigre) se prepara para la fiesta 
estropeando el español:

“¡Aju juy jajay... Y qué chupa nos poneremos!”

63

Quizá para algunos sea una sorpresa que la mejor muestra de 
imitación del habla del indígena del altiplano nos la da el mismo 
Miguel Ángel, en el Capítulo XXVII (“Camino al destierro”), de  
El Señor Presidente. Un indígena relata su historia al fugitivo 
general Canales:

Vas a ver, tatita, que robo sin ser ladrón de oficie, pues antos yo, 
aquí como me ves, ere dueñe de un terrenite, cerca de aquí, y de 
oche mulas. Tenía mi casa, mi mujer y mis hijes, ere honrade como 
vos...

64

Examinemos un momento los casos citados.   
En el texto de Francisco Méndez, la fusión de la “e” final de la 
palabra “que” con la inicial del verbo “es”, se trata simplemente 
de la transcripción fonética de una sinalefa natural de la lengua 
española: lo que en el lenguaje escrito estamos obligados a 

centroamericano, Primer festival del libro centroamericano (Director: Miguel Ángel 
Asturias), Editora Latinoamericana S. A., Lima, s.d., 128.

62

 Carlos Samayoa Chinchilla, “Los quebrantahuesos”, Estampas de la Costa Grande, (con 

un prólogo de Alberto Velázquez), Editorial del Ministerio de Educación Pública, 2.ª Ed., 
Guatemala, 1957, 77. 

63

 Flavio Herrera, El tigre, Guatemala, Editorial Universitaria, 1974, 14.

64

 Miguel Ángel Asturias, El Señor Presidente (coord. Gerald Martin), París, Madrid, Colección 

“Archivos de la Literatura Latinoamericana”, 2000, 221.