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en función de su carácter simbólico y como la desacralización y la
desmitificación de muchos aspectos de la realidad, sin embargo
no cabe ninguna duda que su verdadero encanto y poder se
encuentra en la palabra, en: “Aquellos sonidos llamados a romper
las leyes naturales por el milagro, porque todo poder está en la
palabra, en el sonido de la palabra” [101].