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la mejor manera de describir la importancia central que Asturias
le concede al lenguaje como tema fundamental de esta novela,
un lenguaje que ha elegido como metáfora algo más primordial
como la sexualidad, manifestada de las maneras más diversas,
incluyendo la elaboración lingüística y estructural de la novela.
Así, Mulata de tal se explica muy bien a partir de esta metáfora
del orgasmo, pues posee un ritmo acelerado que va aumentando
a medida en la que avanzan las páginas –y una lógica que se va
desintegrando paulatinamente– a una velocidad desenfrenada,
para luego cambiar el registro discursivo de manera radical en las
últimas páginas y terminar irónicamente con la imagen de unos
niños que cantan angelicalmente:
"¡Yo soy feliz,
yo nada, nada espero,
porqueeee el azul
del cielo, es mi casa!" [300]
Irónico no solo porque modifica radicalmente el ritmo y el tono del
discurso sino también por alusión al dios cristiano cuya ausencia
ha sido obvia a lo largo de toda la novela. Mulata de tal, como
observamos, es desconcertante de principio a fin, especialmente
si queremos forzarla a adoptar una estructura estática y una
unidad rígida que no posee. En este sentido podría reconocerse
una estrecha relación entre Leyendas de Guatemala y Mulata de tal,
ya que ambas representan, ante todo, una experiencia estética.
En esta última, las maneras en las que se juega con el lenguaje
para elaborar un discurso de carácter sexual y ritmos violentos
y acelerados son a mi parecer lo más importante. Sin embargo,
sobre Mulata de tal habría mucho qué discutir, sería posible, por
ejemplo, dedicar todo un amplio trabajo a la calidad poética de
su discurso, cuya hermosura en algunos momentos llega aún a
sobrepasar la importancia dada a todo lo que hasta aquí se ha
comentado. Por supuesto, la novela también puede ser estudiada