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embargo en Mulata de tal alcanza nuevos y desbordantes niveles, 
cosa que tal vez explica por qué en determinado momento 
el mismo escritor parezca haber dudado del futuro éxito de 
esta novela

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. Para algunos críticos, esta violencia se explica en 

términos culturales; según Prieto (1993), Asturias:

"Conceives Mulata as an act of defiance, as a slap in the face of the 
most binding of conventions -language- and as a stage where he 
revels in the fictionalized destruction of all emblems of neurotic 
power: church, state, coherent discourse, and, ultimately, logic 
itself, [167] as a polemical challenge to a culture he has come to 
deplore." [173]

Prieto ve la novela como: 

"A potboiler whose content is not sex, but anger, anger at the loss 
of the family, country, and political ideals. This is why it should be 
read as an allegory of states of being, of psychological impulses. 
This explains in turn why it is so blatantly scatological, since 
rejection, as we know from Freud, is part and parcel of the anal 
complex" [Prieto, 1993: 204].

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 Cuando en 1963 Miguel Ángel Asturias publica Mulata de tal es ya un escritor establecido, 

ha publicado tres de sus libros más importantes –Leyendas de Guatemala (1930), El Señor 
Presidente (1946) y Hombres de maíz (1949)–; sus obras se han empezado a traducir a 
diferentes idiomas y ha recibido reconocimientos internacionalmente. Para ese entonces, 
Asturias ha consolidado un estilo personal original que exige una lectura cuidadosa y 
atenta y todos sus lectores lo saben. Por ello sorprende que el escritor, según nos cuenta 
Jimena Sáenz, le solicite a la editorial Losada que en lugar de tirar los 10,000 ejemplares 
acostumbrados tire solamente 3,000, y más le sorprende a Asturias que los 5,000 ejemplares 
que Losada finalmente publica se agoten rápidamente, y lo mismo pasará con la edición 
francesa (Sáenz, 1974:  217). Estas dudas son difíciles de explicar, pues aunque ciertamente 
Mulata de tal puede ser una novela de difícil lectura esto no es ninguna sorpresa para los 
lectores de Asturias, acostumbrados ya con sus obras anteriores a modalidades escriturales 
poco tradicionales. Cabe aventurar entonces que sus dudas provenían de ciertos aspectos 
temáticos de la novela que, aunque no son totalmente novedosos son presentados en 
esta obra de manera tal que podría resultar problemática para algunos. Asturias quizás lo 
sospechaba.