149

que se inclinan hacia lo caricaturesco, lo sentimental y al principio 
constructivo de la reiteración, bases los tres de los géneros 
populares latinoamericanos.

131

Amores sin cabeza parece ser entonces, una de esas piezas en las 
que Asturias refuncionaliza la herencia de las vanguardias al crear 
atmósferas insólitas y fantásticas hasta llegar al absurdo.

132

Ritualidad, victimaje y sacrificio: Fanta al banquillo 

de los acusados

Esta obra asturiana abre un diálogo intertextual con la producción 
novelística del autor

133

. Pensemos nuevamente en Hombres de 

maíz (1949), en donde algunos de los motivos más fuertes en el 
tratamiento de los personajes femeninos vienen a ser la infidelidad 
y el engaño. Miguel Ángel Asturias cuestiona fuertemente en 
esta pieza la posicionalidad de sujeto femenino central. La obra 
se construye dentro de un ritual

134

 de emplazamiento, creando 

un conflicto contemporáneo, humano y real. El drama es una 
puesta en escena de la relación de pareja, de las luchas, tensiones 
y deseos, poniendo en el tapete de discusión el anhelo de orden 
cuyo resultado será la implementación de jerarquías.

131

 Donald Frischmann, «El nuevo teatro popular en México: posturas ideológicas y 

estéticas»,  Latin American Theatre Review, 18/2, primavera de 1985, pp. 29-32.

132

 Osvaldo Obregón apunta las características de las puestas en escena del teatro 

surrealista, las formas en que dicho teatro –el Grupo Alfred Jarry dirigido por Artaud– 
concebía el espectáculo: daba importancia a la gestualidad en el actor, la necesidad de la 
libertad en el lenguaje y, por supuesto, la creación de atmósferas rayando en el absurdo. 
Osvaldo Obregón citado por Lucrecia Méndez de Penedo en «Asturias: codificación y 
trayectoria de su dramaturgia» Revista Centroamericana, 6/7. Italia: Bulzoni, p. 148.

133

 Ya Marco Cipolloni en algunas notas preliminares del bosquejo cronológico para esta 

edición, veía cómo piezas dramáticas correspondientes a la segunda etapa (año veinte y 
cincuenta), participaban de este diálogo con obras narrativas del mismo Asturias. 

134

 Para Kenneth Burke el ritual es la forma histórica, primordial, incipiente del drama y 

el centro lógico del que debe proceder el análisis. Cf. Francesco Loriggio, AAVV, «Apuntes 
sobre antropología teatral». De la colonia a la postmodernidad. Buenos Aires: Editorial 
Galerna, 1992.