117
de uso)
110
. Esta contradicción que, como dice Taussig, puede
aplicarse a cierto momento histórico en todas las sociedades, es
la que articula el conflicto entre los maiceros y los campesinos en
Hombres de maíz aunque, en el caso específico de Guatemala, el
maíz nunca haya sido un producto en disputa entre capitalistas
terratenientes y campesinos indígenas, por lo que, en este libro, el
conflicto es del todo un mecanismo ficcional y no una referencia
histórica, el cual usa nuestro autor para hacer arrancar su historia.
La productividad de esta contradicción para la literatura no
escapa la atención de Taussig y, al mencionar la obra de Asturias y
García Márquez reflexiona en que, en las circunstancias en las que
ambos escritores sitúan sus historias, “la magia de la producción y
la producción de la magia son inseparables...” (21, traducción mía).
Como se sabe, la economía campesina implica el control de
los medios de producción y el uso del dinero como dinero, no
como capital para producir más dinero y más capital. Por su
parte, las relaciones capitalistas de producción implican que
los campesinos, al ser “liberados” de sus propiedades para que
vendan su fuerza de trabajo en el mercado laboral, pierdan el
control sobre los medios de producción con los que realizan su
trabajo, y que su dinero-salario se agote periódicamente en el
circuito de circulación de las mercancías, las cuales, ya separadas
de sus productores y convertidas en valores de cambio, adquieren
–a los ojos del consumidor– un (ilusorio) valor en sí mismas,
perdiéndose de vista el hecho de que su verdadero valor proviene
del tiempo de trabajo invertido en su producción por quienes
luego las consumen. La mercancía, al recibir como suyo un valor
intrínseco que no tiene, se fetichiza, se vuelve mágica, y las
personas comienzan a relacionarse entre sí gracias a su mediación
obligada en el espacio del mercado, relación que se rige por una
ética derivada de la producción y consumo de valores de cambio.
Todo este proceso hace que también se pierda de vista el hecho
110
Ver, Morales. La articulación, capítulo 2.