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Revista Eutopía, año 3, núm. 5, enero-junio 2018, pp. 49-79, ISSN 2617-037X
acreedores de profunda legitimidad emocional»
78
. La ilegalización tiene
también una existencia histórica y legitimidad emocional.
La seria consideración de la objetividad de ese artefacto político-jurídico
nos ayuda a visualizar la objetividad del desacato de los migrantes no
autorizados. Si se desestima la ilegalización, se banaliza el desacato. La
ilegalización es una construcción político-jurídica excluyente, que está
ligada a feroces intereses económicos de la industria de la seguridad. Esto
hace que su objetividad sea más visible y tangible; también más duradera.
Hay fuertes intereses privados moldeando la acción del Estado y dictando
quiénes pueden ser incluidos y quiénes deben ser excluidos. Esto empalma
con las afirmaciones de De Genova. Sin embargo, ni los intereses de esa
industria representan todas las reacciones del mundo de los negocios, ni
todas las políticas del Estado son excluyentes. La situación plural del Estado
y la sociedad civil es la que presenta condiciones para que haya política:
desacuerdos, debates, posiciones encontradas. Por eso hay pluralidad de
membresías, y la integración en la sociedad estadounidense no es un asunto
de todo o nada. Por esta razón considero que el cuarto enfoque es más capaz
de reflejar la complejidad de lo que está ocurriendo en los Estados Unidos
con aproximadamente doce millones de inmigrantes no autorizados. Mi
criterio de valoración se basa en que esos enfoques, que se distancian del
«todo o nada», logran reflejar las acciones políticas de los inmigrantes en la
vida cotidiana, terreno donde se juegan su membresía.
En ese contexto, el desacato de los migrantes –entrar sin permiso y
permanecer sin autorización–, adquiere un sentido político, porque es el
primer paso para que haya disenso y las distintas fuerzas tomen posición.
El apoyo que reciben contribuye a que esa primera provocación sea
sostenida y logre convertirse en un acumulado, que pregona la existencia
de un disenso. La indocumentación de cerca de doce millones de personas
no solo es efecto de la ilegalización, conveniencia de las empresas y saldo
de unas políticas inadecuadas, es expresión de un disenso. Muestra que hay
una fractura en las opciones de una sociedad sobre la inclusión y sus vías;
pero quienes crean la ocasión de ese disenso –y los problemas que suscita–
son los que están ingresando sin haber sido autorizados. Ahí está la acción
78 Benedict Anderson, Imagined Communities: Reflections on the Origin and Spread of Nationalism
(Londres: Verso, 2006), 4.