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Revista Eutopía, año 3, núm. 5, enero-junio 2018, pp. 3-47, ISSN 2617-037X

Las propuestas de alternativas están en movimiento; aunque, en esta 
aproximación inicial surjan algunas interrogantes sobre sus desafíos: en 
cuanto que el partido político no se concibe como fin en sí mismo, ¿cómo 
evitar que la refundación lo sea?, ¿cómo articular la base que da vida a 
un proyecto político amplio?, ¿cómo garantizar la integración popular y 
socialmente diversa de una posible asamblea constituyente? Superado el 
molde racializado y clasista de los «padres de la patria», ¿cómo superar el 
sexismo y la homofobia desde las propias organizaciones que se postulan 
a la asamblea? Esto es, ¿cuál será el lugar de los afrodescendientes, 
de los pueblos mayas, de las mujeres, del movimiento LGBTIQ, de 
los campesinos, de los trabajadores urbanos, de los sectores sociales 
subrepresentados históricamente?

Pensar en el poder constituyente como vía, implica pensar en el sujeto. Negri 
nos invita a entender y exaltar la naturaleza subjetiva del poder constituyente, 
que conduce a asumir la multitud como proceso de subjetivación, como 
sujeto que se desarrolla iuxta sua propria principia, según sus propios 
principios. Esto significa plantearla como un «nosotros» sumergido en 
una dimensión temporal que puede presentarse como precipitación de 
acontecimientos y condensación intensiva de historicidad

89

En estas circunstancias se plantea en Guatemala la necesidad de un «nosotros» 
amplio y articulado, de unos sujetos que, a pesar de sus contradicciones 
y discrepancias, puedan articularse; más que desde las posibilidades 
constituyentes de sus propuestas, que conllevarían debates axiológicos y 
procedimentales de mayor alcance, desde la energía social compartida, que 
representa el principal puente de encuentro: su potencia destituyente.

Conclusiones: la refundación y las propuestas ¿imposibles?

Exceptuando los recientes procesos constituyentes en Ecuador y Bolivia, 
podemos afirmar que después de varias reformas, la mayoría de sistemas 
políticos latinoamericanos mantienen importantes rasgos del elitismo que 
los originó cuando derivaron de pactos entre liberales y conservadores, 

89 Negri, El poder constituyente, 20-21. Es importante recordar la distinción de Ranciere entre pueblo 

y multitud, pues a diferencia de Negri, este atribuye el proceso de subjetivación a la categoría de 

pueblo y no al de multitud.