158
U
niversidad
r
afael
l
andívar
v
icerrectoría
de
i
nvestigación
y
P
royección
Revista Eutopía, año 3, núm. 5, enero-junio 2018, pp. 153-165, ISSN 2617-037X
Estado ha despejado algunas brechas, que bien utilizadas, podrían
abrir amplios caminos para alcanzar una sociedad de iguales.
Las políticas estatales vinculadas al derecho lingüístico de los
mayas, evidentemente, son uno de esos resquicios, pues en los
reclamos de derechos culturales este tiene mucha importancia.
Aunque el Estado tiene bastantes restricciones y reservas en
relación a estos derechos, los estudiosos observan que las pocas
prerrogativas otorgadas se pueden volver bases importantes
para que los idiomas mayas tengan un lugar adecuado en la
organización del país y de los pueblos que conviven en este
espacio. En este sentido, Bennett considera que aunque el
idioma Kaqchikel ha sufrido la dominación colonial española
y la republicana, su proceso de institucionalización actual, a
través de la educación bilingüe y la estandarización, finalmente
revitaliza dicho idioma. Según ella, tanto el Estado como la
gente apoyan de diferentes maneras las nuevas formas de uso
del Kaqchikel.
Maxwell observa que el multiculturalismo actual ha generado
islas incomunicadas, pues restringen culturalmente a los
indígenas a sus comunidades (locales o lingüísticas, se entiende)
trabajando sobre la idea de una meta cultural hispana/
europea. Considera que desde esta plataforma, aún no se ha
planteado una interculturalidad nacional o se ha imaginado una
comunidad nacional. Para lograr esa comunidad nacional estima
importante la construcción de una base común compartida,
es decir: tener acceso de múltiples formas a los valores
básicos, la cosmovisión, la práctica cultural y los conceptos
que estructuran los idiomas mayas. En este sentido, Maxwell
habla, asimismo, desde el posicionamiento de otros líderes
mayas que reclaman, por ejemplo, que la educación bilingüe
no debe ser solamente para indígenas sino también para los
mestizos o ladinos que viven en las ciudades. Esta autora aboga
por una nación en donde sus miembros compartan, a través
del idioma, sus múltiples formas de entender el mundo, para
construir igualdad o destruir las jerarquías culturales y políticas