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Revista Eutopía, año 3, núm. 5, enero-junio 2018, pp. 131-149, ISSN 2617-037X

orienta a los fundamentos legítimos que pueden tener los españoles para 
que los indios queden bajo su dominio.

6. Legitimidad, estructura, posición y disposición

Hay que detenerse brevemente a analizar la organización de la estructura de 
subjetivación del texto. Este análisis se basa en el estudio de las diferencias 
establecidas entre el sujeto de la enunciación y los sujetos del enunciado. 
En primer lugar, se identifica una forma de legitimación autorreferencial 
del sujeto de enunciación. La posición ocupada por el mismo Vitoria 
aparece en los primeros apartados de su discurso, como una racionalización 
sobre los elementos que le dan autoridad para decidir sobre la justicia del 
discurso de legitimación de la violencia. Dicho de otra forma, antes de 
producir el acento de legitimidad de la violencia, el enunciante se faculta a 
sí mismo como un sujeto que puede brindar legitimación, y hacer de esto 
una causa justa. El fundamento axiológico del que se deriva la validez de la 
legitimación autorreferencial del sujeto de la enunciación (Vitoria) emerge 
de la práctica del saber experto de la jurisprudencia en materia humana 
y divina, que se antepone a las acciones del sujeto de la enunciación, que 
ha de consultarlo en casos en los que exista duda razonable. Esta duda 
queda establecida ante el actuar de los españoles seglares, que han aplicado 
formas de violencia excesiva, desorganizada y no legítima. Es decir, su 
condición de teólogo sabio en las materias del derecho natural y el derecho 
de gentes, que más adelante en la historia evolucionaría en el derecho 
internacional, lo legitima para decidir sobre la justicia de su causa en el 
proceso de legitimación de la violencia de los otros sujetos del discurso, 
especialmente los españoles

14

.

En segundo lugar, se observa una estructura discursiva ensamblada por 
un diagrama de posiciones oposicionales de sujeto: los descubridores y 
los descubiertos, los cristianos y los herejes, los españoles y los bárbaros. 
Con ello se establece una relación entre la posición y la disposición actante 

14 Aunque hay que dejar claro que Vitoria, siempre en la tradición tomista, queda varado en 

un espacio intermedio y contradictorio, dado por el carácter aristotélico-cristiano en el que 

se ubica: por un lado, apela a la humanidad y a la dignidad en su concepción del «dominio» 

indígena desde la moral cristiana; pero, por otro, acepta las concepciones del derecho natural, 

esas concepciones aristotélicas que justificaron el dominio de los «más evolucionados» sobre los 

bárbaros.