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P
obreza
y
estrategias
de
sobrevivencia
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, 2014-2015
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Revista Eutopía, año 3, núm. 5, enero-junio 2018, pp. 83-127, ISSN 2617-037X
ii. Los programas generalmente nacen asociados a líneas de
financiamiento, otorgadas por entidades financieras internacionales.
iii. El punto de partida es la disponibilidad de recursos nacionales o
internacionales (oferta), y la demanda (las necesidades de cada sector
o grupo); lo cual no representa un factor determinante para definir
los ejes principales del programa.
La combinación de estos aspectos posibilita el despliegue de programas
que tienden a aglutinar a un conjunto de UPRC, que son diversas en cuanto
a bases económicas y sociales. Así, para muchas UPRC sus requerimientos
no necesariamente son atendidos de manera efectiva. Se afianza un carácter
homogeneizante y centralista de semejantes programas
33
.
Los diferentes programas (públicos o privados), dirigidos hacia las familias
campesinas en condiciones de pobreza, en los tres países examinados,
podrían clasificarse en dos posiciones. La primera postula transformar a
las economías campesinas en empresas rurales. En esta visión, la inserción
en los mercados y la adopción de nuevas tecnologías son las vías para
alcanzar mejores niveles de ingresos. Así, gradualmente, las UPRC van
especializándose, y con ello se debilitan los aspectos sociales, culturales y
ambientales que las caracterizan, pero que son vitales para la producción y
el cuidado de la vida
34
.
La segunda posición, prevaleciente en organizaciones y movimientos
sociales, que resisten y cuestionan al mercado como principal regulador de la
vida social, plantea una visión estática y poco real de las UPRC; a partir de la
cual se afianza una imagen que sobredimensiona la producción alimentaria,
y que minimiza la importancia que tienen para ella los vínculos con los
mercados, como espacios que les permiten obtener ingresos monetarios.
33 El caso más ejemplar es el Programa de Fertilizantes que se ejecuta en Guatemala desde la
administración de Alfonso Portillo (2000-2004), el cual distribuye a nivel nacional un número
específico de sacos del mismo fertilizante, desconociendo los diferentes tipos de suelo y las
condiciones productivas de cada UPRC.
34 Un ejemplo de esta posición se encuentra en el documento del Gobierno de Guatemala,
Programa de Agricultura Familiar para el Fortalecimiento de la Economía Campesina, 2012-2016. Al
presentar el programa se indica que «pretende (…) aportar a la producción de alimentos y a la
dinamización de las economías locales, “jalando” a los productores de infra y subsistencia a ser
excedentarios» (Guatemala: MAGA/FAO, 2012), 4.