Revista Eutopía, año 3, núm. 5, enero-junio 2018, pp. vii-xv, ISNN 2617-037X
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Derecho y una visión neoclásica de la economía. Desde este enfoque, las
migraciones internas y externas son producto de las diferencias geográficas
entre la oferta y la demanda de la fuerza laboral, siendo que, en el caso
de las migraciones internacionales, las diferencias salariales activan el flujo
migratorio, de países con bajos salarios hacia aquellos con reducida fuerza
laboral y grandes montos de capital. Esta perspectiva incorpora, además,
en un keynesianismo perverso, conforme al autor, la flexibilización de la
legislación laboral y la implementación rigurosa de la misma, de tal manera
que se induzca a la saturación del mercado laboral, la penalización de
la contratación de indocumentados y la eliminación de sus ventajas. El
argumento central de este enfoque es que las políticas son inadecuadas para
desestimular la inmigración, debiendo recurrir a los mercados laborales;
lo que implica acciones o medidas tales como: legislación sancionadora
dirigida a los empleadores que contratan mano de obra indocumentada;
flexibilidad en el empleo formal para librar a los empleadores de las
cargas de prestaciones sociales; o la «saturación» del mercado laboral con
migrantes documentados o legales, a través de programas tales como los
de migración temporal.
La segunda perspectiva aborda la temática de la migración desde los
procesos de globalización, y considera que las migraciones internacionales
son un efecto de las dinámicas geopolíticas y transnacionales, en donde
tanto capitales como mercados laborales también se han globalizado.
Esta perspectiva, representada por autores como Saskia Sassen, apuesta
por acuerdos bilaterales y multilaterales, esto es: legislar lo globalizado y
garantizar los derechos humanos. Postula que la causa de la ilegalidad se
encuentra en que el Estado ha perdido soberanía, y que no ha adecuado
sus políticas migratorias, laborales y comerciales a los flujos laborales
globalizados y a los efectos de la geopolítica.
El tercer enfoque historiza la migración, para mostrar que el problema son
las políticas migratorias y su producción de ilegalidad. Los representantes
de este enfoque son Nicholas De Genova y Aviva Chomsky, conforme
al autor del artículo. Desde este enfoque se desnaturaliza la ilegalidad,
para remitirse a sus orígenes y desmontar una construcción política, cuyo
principal cometido es allanar el camino al sometimiento y la explotación
de los migrantes. Los indocumentados son explotados y no pueden ejercer